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Somos vecinos y socios

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Nuestra relaci?n es un crisol que amalgama colores, texturas, sabores y temperaturas. M?xico y los Estados Unidos integran lo que algunos han llamado ?un matrimonio de conveniencia?. Incluso, los m?s pesimistas sostienen que desde la llegada del nuevo inquilino de la Casa Blanca nos encontramos en un laberinto, en un callej?n sin salida. En la muerte inminente de NAFTA. En el fin del TLC.

En el pasado, m?ltiples voces y plumas han pretendido desentra?ar la naturaleza de un intercambio rudo y desigual. Se le ha descrito como la relaci?n entre un oso y un puercoesp?n, complicada, sinuosa, desigual, pero vital e importante; para otros, el tema escapa a los juegos del poder y tiene un entramado sociol?gico y sicol?gico que nos ubica en la categor?a de vecinos distantes.

Se trata de una relaci?n que va m?s all? de la geopol?tica: es una relaci?n estrat?gica entre dos complejas estructuras pol?ticas cuyos contenidos sociales, el din?mico fen?meno de la migraci?n y los impactos diarios de la seguridad y el narcotr?fico generan la tentaci?n de pronunciarse sobre asuntos delicados con un lenguaje brusco y radical.

No es que haya aumentado recientemente la conflictividad, sino que ha cambiado, significativamente, la manera de administrarla. M?xico y EU comparten 3,140 kms de frontera, la m?s transitada del mundo. En M?xico, el ingl?s es la segunda lengua m?s hablada, despu?s del idioma oficial, el espa?ol. En Estados Unidos, el espa?ol es la segunda lengua m?s hablada, despu?s del ingl?s. Se calcula que cerca de 35 millones de mexicanos viven allende la frontera.

M?xico, con una poblaci?n de casi 120 millones de habitantes, es el tercer socio comercial de Estados Unidos, despu?s de China y Canad?. Los estadunidenses y sus empresas son los receptores de millones de productos mexicanos, antes que nadie m?s en el mundo. El intercambio econ?mico bilateral asciende a m?s de 532 mil mdd. Un mill?n de d?lares por minuto. Esta cifra es comparable a la econom?a total de varios pa?ses de Europa y Centroam?rica juntos.

Las dos naciones est?n inmersas en procesos electorales. En julio y noviembre, respectivamente, ciudadanos de ambos lados de la frontera acudir?n a las urnas en un clima de polarizaci?n propio de las contiendas pol?ticas. Esta complejidad impulsa una multitud de agendas, que ahora tienen un elemento adicional: alto sentido de polarizaci?n medi?tica.

Pensando en el futuro de M?xico, los candidatos presidenciales deben actuar con altura de miras, considerando que el Estado mexicano se encuentra, de la mano del sector privado, en pleno proceso de negociaci?n del TLC. Como dice la leyenda que se pone en paquetes delicados, ?man?jese con cuidado?. Reaccionar con demagogia o mala fe, s?lo para ganar ef?meros aplausos, ser?a una actitud mezquina que no corresponde con el crucial momento que vive el pa?s.

BALANCE

A pesar de las provocaciones y las fintas tuiteras, mantener una agenda com?n con los Estados Unidos no es un acto de ingenuidad pol?tica o diplom?tica. Todo lo contrario. Debemos continuar con una fuerte inversi?n en capital social, en el sentido de Putnam, y consolidar una nueva etapa en la historia de nuestros pa?ses. Econ?micamente, las empresas ya lo hacen, poniendo el ejemplo.

Manteniendo siempre la dignidad, trascender las fronteras de las elecciones de julio y noviembre, sin dinamitar el en-torno pol?tico de los negociadores comerciales es un imperativo para mantener sana la relaci?n bilateral. Aunque algunos ?iluminados? no lo entiendan, tal como lo advert?a un antiguo presidente latinoamericano: hay que llevarse bien con el vecino. Saludarlo todos los d?as, y cuidarlo, porque alg?n d?a, por cualquier raz?n, se te puede olvidar cerrar la puerta.

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