
Solidaridad y esperanza en Sabinas con la cena de Navidad de la Parroquia de Guadalupe
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – Cada 24 de diciembre, en Sabinas, una tradición que llena de esperanza y solidaridad a la comunidad toma forma gracias a la generosidad de cientos de personas. La Parroquia de Guadalupe, a través de su Pastoral Social, lleva a cabo la noble tarea de brindar una cena navideña a las personas más vulnerables, a aquellos que, por diversas circunstancias, no tienen los recursos suficientes para celebrar la Navidad en familia.
El Párroco Juan Gerardo Hernández Briones, líder espiritual de la parroquia, es quien año tras año coordina este esfuerzo humanitario que no solo ofrece comida, sino también un mensaje de esperanza, amor y fraternidad. “Solicitamos a los donantes una colaboración de 300 pesos por persona, y a cambio, les entregamos una tarjeta con oraciones. Con estos fondos adquirimos los insumos necesarios para preparar las cenas, que luego distribuimos entre las familias de Sabinas, San Juan de Sabinas y Múzquiz”, explica el párroco.
Gracias a la respuesta solidaria, la Parroquia de Guadalupe ha podido llevar a cabo este noble proyecto durante varios años, logrando que cada vez más personas se sumen a la causa. El año pasado, se repartieron más de 1,200 cenas entre las Villas de Cloete, Agujita, Santa María, Ocampo, Múzquiz, Sabinas y San Juan de Sabinas, comunidades que recibieron con gratitud el calor de una comida caliente en la noche más esperada del año.
Las cenas consisten en una variedad de alimentos que aseguran una comida completa para las familias que más lo necesitan. “Cada cena incluye varias piezas de pollo, puré de papa, espagueti, pastel, entre otros ingredientes básicos, lo esencial para que esas familias puedan disfrutar de una noche digna, un momento de compartir y celebrar, aún en medio de la escasez”, menciona el párroco Hernández Briones.
Para hacer realidad esta labor, la Parroquia de Guadalupe ha establecido alianzas con empresas locales como Súper Gutiérrez, que se encarga de la preparación de los alimentos, y muchas otras personas que voluntariamente se suman al reparto en las diferentes áreas asignadas. En las vísperas de Navidad, todo se organiza en un solo día: el 24 de diciembre, cuando las cenas son empaquetadas, entregadas y distribuidas con la ayuda de la Pastoral Social y otros colaboradores, quienes aseguran que ninguna familia quede sin este apoyo.
El esfuerzo es colectivo y demuestra el poder de la comunidad unida en torno a un mismo objetivo: brindar una mano amiga a quienes más lo necesitan. Además, no solo las personas individuales responden al llamado de la parroquia. El Colegio Montessori y varias familias también se suman a la causa con aportaciones significativas para la adquisición de cenas.
El mensaje que se quiere transmitir cada año es claro: en estas fechas es fundamental aplicar el sentido humano. En tiempos de festividades, cuando la alegría de la Navidad llena los hogares, aquellos que se encuentran en situación vulnerable no deben ser olvidados. “Lo más importante de esta campaña es recordar que, más allá de las festividades, debemos aplicar el sentido de humanidad, de estar presentes para los demás”, señala el párroco.
Esta tradición no solo es un acto de solidaridad material, sino también espiritual. Las oraciones que acompañan cada cena son un recordatorio de que, más allá de lo físico, el regalo de la fe y la esperanza es lo que verdaderamente nutre el corazón.
La invitación está abierta para todos aquellos que deseen hacer una diferencia en la vida de los demás. La colaboración, por pequeña que sea, tiene un gran impacto en la comunidad, porque cada acto de generosidad siembra una semilla de esperanza en la vida de quien lo recibe. Como cada año, la Parroquia de Guadalupe de Sabinas reafirma su compromiso con los más necesitados y, en esta Navidad, continúa iluminando los corazones de los sabinenses con el regalo más valioso: el amor al prójimo.
