Padre Rogelio Hidalgo, capellán del Covid lleva auxilio espiritual
Por: Cristina Flores Cepeda
Nueva Rosita, Coah.- Consciente que la gente necesita en los momentos de aislamiento, resguardo y soledad por estar afectados a consecuencia del coronavirus, una mano amiga y salud espiritual, el capellán del Covid, padre Rogelio Hidalgo Alba, párroco de San José Obrero en Nueva Rosita cumple con su ministerio que le fue asignado por el Obispo Alonso Gerardo Garza Treviño, de la Diócesis de Piedras Negras.
En una época en la que muchos están lidiando con el Covid-19 entre la soledad y la muerte, el alivio llega en forma de oración, de esperanza y Fe, todo conjugado para poder salir adelante de la crisis de salud que agobia al mundo entero. El párroco en mención, lo mismo acude al IMSS que al ISSSTE, Hospital General y nosocomios privados. Su día puede empezar con una llamada de emergencia hacia un hogar donde el enfermo recae y lo requiere, o bien con la bendición al personal de salud que se encuentra en la primera línea de batalla”.
El servicio de capellán no solo es rezar, es también reconfortar al enfermo y su familia; son el enlace, es alguien especial en quien pueden sostenerse cuándo la gente está débil, son quienes escuchan a los que quieren desahogarse o simplemente compartir su vida en los momentos que están viviendo.
Ellos, quienes han sido nombrados capellanes Covid, tienen que adaptar su labor a las circunstancias y ejercen su ministerio en un momento en que el acompañamiento debe hacerse con los protocolos de salud, sin contacto con los pacientes y ajustados en reglamentos como en la clínica 24 del Instituto Mexicano del Seguro Social en Nueva Rosita, en el tercer piso, donde se localiza el área Covid y a donde el padre no tiene acceso, precisamente para evitarle algún contagio.
Aun así recorre los centros hospitalarios de toda la Región Carbonífera pues fue nombrado capellán Covid en los cinco Municipios como son San Juan de Sabinas, Múzquiz, Sabinas, Progreso y Juárez donde brinda acompañamiento a las familias de los contagiados y también a aquellos que luchan contra la enfermedad desde sus domicilios, ya sea con síntomas leves o graves, conectados a un tanque de oxígeno. Las medidas sanitarias hacen que el contacto con el paciente se reduzca al mínimo, ajustado siempre a los protocolos para facilitar los sacramentos a los pacientes con coronavirus a los que ungen con los óleos sagrados, les brindan oración y palabras de aliento.
Un capellán es ejemplo de humanidad en estos días y aunque perciben el dolor en los fieles, están dispuestos, a la hora que sea, a brindar una palabra de aliento, oración y fe. Con su traje blanco que va desde la cabeza a los pies, cubiertas sus manos con guantes y lentes para proteger los ojos. La recomendación es no tocar a los pacientes y ellos lo entienden. “La oración no se detiene y el capellán Covid tiene una función específica que es dar aliento al enfermo y a sus familias.