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Muy triste:

 

Ayer accidentalmente dí con un comentario que encapsula el momento que nuestro País está viviendo.

 

Una persona se quejaba de la decisión de Lopez Obrador de no apoyar a la pequeña y mediana industria en medio de esta crisis inédita .

 

Todos quienes le contestaron coincidían con lo escrito, con la excepción de alguien que comentó :

 

“Que bueno, finalmente los fifís van a saber lo que es vivir en la pobreza”

 

El comentario es fascinante porque  encierra la posición de muchos quienes votaron por Andres Manuel.

 

Es la idea milenaria que nace del resentimiento: “si no lo puedo tener yo, tampoco lo deberías tener tú.”

 

Como ayer, hoy o mañana, NO VA A SUCEDER.

 

Y es que líderes como Lopez Obrador (y sus seguidores) han olvidado que, nosotros los humanos, somos una especie aspiracional.

 

Lo que nos mueve, no es el deseo de poseer menos, lo que nos mueve, es tener lo suficiente.

 

Cierto, no hay sistema perfecto y coincido en que la pobreza en pleno Siglo 21, resulta ominosa y ofensiva.

 

Sin embargo, crear una sociedad donde la “justicia social” pasa por crucificar al que emprende, siempre ha terminado en más violencia y más pobreza.

 

Es la clausura del futuro, de la innovación y del derecho que tienen las siguientes generaciones a soñar o a verse reflejados en el éxito de otros.

 

Si no me creen, pregúntenle a Venezuela, donde quienes votaron por Chavez o Maduro, siguen igual de pobres  y a quienes les arrebataron sus patrimonios, emigraron y consiguieron volver a levantarse.

 

Por eso, a quien contestó con esa frase y a quienes siguen ciegamente a un Presidente cada vez más radicalizado, les tengo una noticia.

 

Los que emprenden, (pequeños, medianos o grandes), cerrarán sus negocios, se secarán las lágrimas y comenzarán de nuevo.

 

Los que puedan, emigrarán con sus familias para poner sus ahorros y su esfuerzo en otros Países lejos del nuestro.

 

Otros, buscarán guardar sus patrimonios lejos de las garras de un Gobierno qué, en el fracaso, se volverá intolerante y represivo.

 

Sin impuestos que cobrar para repartir dinero o mantener su estructura, el Gobierno terminará por devorarse a si mismo.

 

Entonces, cuando ya no llegue el cheque de tu beca o tu empleo no exista, tendrás que preguntarte, como es que sigues en el mismo lugar, a pesar de haber conseguido tu deseo ?

 

Quien no aprende de la historia,  está condenado a repetirla mi ingenuo chairo, y nunca se equivoca.

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