Aqu? en confianza
Iv?n Garza Garc?a
De ni?o sab?a que el final del a?o se acercaba cuando los anaqueles de los supermercados se llenaban de m?scaras y disfraces de extra?os seres salidos de los cuentos de terror (entonces personificar a los pol?ticos del momento no estaba a?n de moda). Semanas despu?s los colmillos y las capas dejaban lugar a las esferas, campanas y dem?s ornamentos propios de la ?poca navide?a. Ante las primeras muestras de promoci?n comercial del d?a de brujas, Do?a Martha sol?a decir: ?ya se nos fue el a?o?, y aderezaba la frase con un cierto suspiro de resignaci?n.? Nunca supe bien a lo que se refer?a pero, apretando bien su mano, la miraba fijamente y asent?a como si hubiera entendido el significado de aquella sentencia que escuch? repetirse una y otra vez.
En el inicio del fin de a?o, bien podr?amos reflexionar qu? nos depara a las y los mexicanos el 2018. El clima pol?tico empieza a calentarse irremediablemente debido a la proximidad de las elecciones federales. Frente a un mes?as tropical de apellido L?pez con 12 a?os a cuestas haciendo campa?a para ?la grande?, los partidos pol?ticos con registro nacional mueven a sus alfiles en la b?squeda del candidato o candidata que resulte id?neo para enfrentar el dif?cil trance comicial que se avecina. La salida de Margarita Zavala de Acci?n Nacional fue un duro manotazo en el tablero, que produjo el reacomodo en las preferencias del electorado. ?Mientras en el PAN Ricardo Anaya sigue haciendo boquetes al barco, a?n no se sabe de qu? lado se inclinar? la balanza a la hora de elegir a quien habr? de abanderar al tricolor en el af?n de conservar la silla presidencial. El PRD y Movimiento Ciudadano siguen agarrados con las u?as del llamado Frente Amplio Democr?tico, en espera de que los azules les conviden de sus migajas. De los dem?s poco se sabe; seguramente llegado el momento oportuno tirar?n anzuelos para amarrar alianzas que les permitan conservar sus prerrogativas.
Hasta aqu? el escenario pol?tico nacional parece dibujarse de una forma m?s o menos normal. Sin embargo, los mexicanos nunca presupuestamos la llegada a nuestro pa?s del virus de la independientitis. A?n no estamos seguros si ?ste se propaga a trav?s de la picadura de alg?n mosquito, o se transmite por el contacto f?sico cercano y directo con fluidos corporales. Lo ?nico cierto es que hasta el momento se han reportado 86 casos en todo el territorio nacional, aunque de ?stos solo 40 continuar?n los tr?mites en la b?squeda de convertirse en candidatos o candidatas sin partido a la presidencia de la Rep?blica. Los hay de todos colores y sabores; conocidos y desconocidos; pol?ticos consumados y otros disfrazados de ?ciudadanos de a pie?. Los hay enojados con el partido al que pertenec?an y los que nunca han militado en institutos de esta naturaleza; algunos son periodistas, mientras que otros se denominan autodefensas. Todos, absolutamente todos, pretenden transformar el humor social en votos para su causa. Pero la cosa se antoja cuesta arriba. Para lograr la candidatura independiente a la presidencia cada aspirante debe recabar m?s de 866 mil firmas de respaldo en, al menos, 17 estados del pa?s. Como si esto fuera poco, los firmantes deben estar inscritos en el padr?n electoral y ?nicamente pueden ofrecer su apoyo a un precandidato. Para acabar con el cuadro, es el desprestigiado INE el ?rgano encargado de recibir las firmas ciudadanas, y lo har? a trav?s de una aplicaci?n para tel?fonos inteligentes cuyo costo fue cercano a los 5 millones de pesos, la cual desde ya muestra sus primeras complicaciones. ?Adem?s, con este sofisticado sistema se obstaculiza la participaci?n de los electores que no tienen acceso a internet.
Aqu? en confianza, lo he confesado antes. Nunca fui proclive a los n?meros; odi? las matem?ticas tanto como Mar?a Joaquina odiaba a Cirilo (solo para cuarentones). Pero tratemos de establecer num?ricamente el disparate que significa el chabacano sue?o ?independiente?. Si 40 ciudadanos buscan la candidatura presidencial sin representar a partido pol?tico alguno, y cada elector puede apoyar solamente a uno de ellos mediante su r?brica, entonces en conjunto las y los aspirantes requieren recabar casi 35 millones de firmas, lo que significa cerca del 40% de todo el padr?n electoral mexicano. Si a eso le sumamos que obtener las mentadas firmas de respaldo tendr? altos costos econ?micos; ciudadanos discriminados por no tener un che? Smartphone (los del Oxxo no jalan pa? tal efecto); inequidad entre los mismos aspirantes; redes sociales congestionadas por la basura electoral y un INE desaceitado e inoperante, la historia de los ?independientes? en M?xico dif?cilmente tendr? un final digno de ser contado. Ah? se los dejo para la reflexi?n.