Los Dodgers frenan a ICE: niegan ingreso a agentes migratorios en el Dodger Stadium en defensa de la comunidad latina
FACTOR
LOS ÁNGELES, CALIFORNIA.- En una acción firme y sin precedentes recientes en el deporte profesional de Estados Unidos, la organización de los Dodgers de Los Ángeles impidió el ingreso de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) al Dodger Stadium, en un gesto claro de solidaridad con la comunidad migrante, especialmente la latinoamericana, que constituye una parte esencial del alma de la ciudad y del propio club.
La medida se da en medio de una creciente ola de redadas y operativos migratorios en el estado de California, los cuales han resultado en la detención y deportación de cientos de personas en las últimas semanas. A través de un comunicado en redes sociales, los Dodgers informaron que negaron el acceso a los agentes de ICE, quienes habían solicitado entrar al estacionamiento del estadio este jueves por la mañana.
“Esta mañana, agentes de ICE llegaron a Dodger Stadium y solicitaron permiso para ingresar al estacionamiento. La organización les negó la entrada a nuestra propiedad. El juego de esta noche se jugará según lo programado”, informó el club a través de su cuenta oficial.
Un posicionamiento contundente desde el deporte
La decisión de los Dodgers se interpreta como un mensaje de respaldo a las familias migrantes que enfrentan persecución o separación en medio de políticas migratorias cada vez más agresivas. Aunque otras franquicias de Grandes Ligas han expresado en el pasado su apoyo general a la inclusión y diversidad, la negativa explícita de permitir una operación de ICE en instalaciones del equipo marca un punto de inflexión en la relación entre el deporte profesional y temas de justicia social en Estados Unidos.
Una noche de béisbol con resonancia social
El incidente tuvo lugar antes del cuarto y último juego de la serie frente a los Padres de San Diego, una rivalidad directa en la División Oeste de la Liga Nacional, donde los Dodgers ya se habían adjudicado los tres primeros juegos. El ambiente, sin embargo, estuvo marcado por algo más que lo deportivo.
El exfutbolista Sergio Ramos, oriundo de Monterrey, fue el encargado de lanzar la primera bola ceremonial del tercer juego, que terminó con una victoria 4-3 a favor de los locales. Pero incluso en lo lúdico, la noche estuvo impregnada de un fuerte sentido de comunidad.
Voces dentro del equipo se suman al mensaje
El mánager de los Dodgers, Dave Roberts, no fue ajeno a la tensión migratoria en el estado y ofreció palabras de empatía en días recientes:
“Solo espero que podamos ser una distracción positiva para lo que la gente está pasando en Los Ángeles en este momento.”
Uno de los pronunciamientos más enfáticos fue el del puertorriqueño Kike Hernández, quien no dudó en condenar las acciones de ICE y defender los derechos humanos:
“No soporto ver a nuestra comunidad siendo violada. Perfilada, abusada y destrozada. Todas las personas merecen ser tratadas con respeto, dignidad y derechos humanos.”
El deporte como escudo social
En una ciudad donde más del 48% de la población se identifica como hispana o latina, el gesto de los Dodgers tiene un fuerte eco. La organización, históricamente vinculada a la lucha por la igualdad —recordemos que fue el primer equipo en romper la barrera racial de MLB con Jackie Robinson en 1947—, ahora vuelve a posicionarse del lado de los derechos civiles y la inclusión.
Más allá del terreno de juego, los Dodgers han lanzado un mensaje claro: en el Dodger Stadium no hay lugar para la persecución ni el miedo. El equipo no solo busca victorias deportivas, sino también defender a quienes llenan sus gradas, portan sus gorras y lo siguen como símbolo de identidad.
