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La historia de Maradona en el Barça: 750 días al filo del abismo

La historia de Maradona en el Barça: 750 días al filo del abismo

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La desmesurada cifra pagada por su fichaje provocó un gran impacto en la España de la transición

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CIUDAD DE MÉXICO.- Del paso de Maradona por el Barcelona se conocen muchas cosas, aunque a los dos protagonistas les dolía el triste final. Los destellos futbolísticos, vistos de forma discontinua, y los excesos en la vida nocturna del jugador argentino están muy presentes, pese a que el club blaugrana y el propio Maradona, antes de fallecer, parecían querer olvidar que un día fueron de la mano. Lo que pudo ser y no fue desgarra la memoria colectiva y tiñe el relato de cierta amargura. Pese al desencuentro evidente, la historia de Maradona y el Barcelona también supuso un antes y un después en el fútbol por el calibre de la operación.

Crónica del viaje relámpago

Tras las gestiones previas que el presidente Josep Lluís Núñez había realizado en Buenos Aires en mayo de 1982, estaban pendientes de firmar de puño y letra varios acuerdos que formaban parte de la operación. En el transcurso de doce horas Maradona se iba a convertir en el jugador más caro de la historia.

A las nueve de la mañana, Maradona llegó al aeropuerto de Alicante. Le acompañaban su representante Jorge Cysterpiller,

Martín Noel (presidente de Boca), el Doctor Rubén Oliva (médico de la selección argentina) y cuatro policías de incógnito encargados de la seguridad.

La selección argentina estaba concentrada en Villajoyosa (Alicante) para reparar el Mundial 82.

La comitiva de Maradona voló en un Boeing 707 con destino a la Ciudad Condal.

Tras media hora de vuelo, el séquito aterrizó en el aeropuerto de Barcelona.

Allí esperaba Joan Gaspar, vicepresidente de la entidad azulgrana. A las 10:20h futbolista y directivo viajaron en un Mercedes Benz hacia el domicilio particular del presidente Núñez que había reunido a los respectivos abogados para firmar el contrato.

A la una de la tarde se realizó la presentación oficial. Fue en la Sala de Juntas de la sede azulgrana ante periodistas de todo el mundo. El acto se abrió con un largo discurso de agradecimiento del señor Noel, presidente de Boca.

A las nueve de la noche tomó el avión de regreso a Alicante, bastante más cansado, pero contento de haber terminado con el trámite formal. Maradona era oficialmente jugador azulgrana y también el fichaje más importante del momento.

El impacto social de la llegada de ‘El Pelusa’

La repercusión de su llegada fue de tal calibre que el Barcelona amortizó el gasto antes de que el argentino tocase el primer balón. Fue un fichaje estratégico, ya que Núñez consiguió que los socios del club pagaran cinco años de abono por adelantado.

El fenómeno económico y social que significó la llegada de Maradona no tuvo después el mismo alcance a nivel futbolístico. Protagonista de jugadas inolvidables, las lesiones y su vida disoluta mermaron en exceso su rendimiento. Ni el bagaje de títulos ni las estadísticas individuales coinciden con la leyenda futbolística de Maradona. Estuvo muy lejos de lo que debería haber sido. De ahí la pesadumbre generalizada, de ahí que el Barcelona y el mismo jugador aparentaban no haber sido uno nunca. Ninguno se vanagloriaba de una historia que no salió como se esperaba. La del Barcelona y Maradona fue la operación del siglo XX en el fútbol, pero con final infeliz.

A principios de los años ochenta el salario mínimo en España era de 25.623 pesetas (154 euros). En ese tiempo, la cifra pagada por el ‘10’ resultó ser astronómica.

Debut agridulce en Valencia y primer gol

Mestalla fue el escenario donde el argentino debutó en LaLiga. Maradona se estrenó con un gol en la primera parte al zafarse del marcaje de Carrete, el habitual especialista en control a los mejores jugadores del rival. La estrecha vigilancia a la que fue sometido por el lateral asturiano funcionó, hasta que en el minuto 20 ‘El Pelusa’ superó a Sempere con un remate ajustado. El Valencia logró el triunfo remontando en la segunda parte.

Los días de baja y partidos que se perdió

Durante los 206 días que Maradona fue baja por lesión o enfermedad como azulgrana, dejó de jugar 37 partidos oficiales con el Barcelona, 26 de ellos de Liga, 7 de Recopa de Europa, 2 de Copa del Rey y 2 de Supercopa de España.

Tras recibir un golpe durante un partido liguero ante el Zaragoza, Diego es sustituido. Está dos semanas de baja por molestias en el nervio ciático. Se pierde dos partidos.

Maradona contrae una hepatitis B. La enfermedad le mantiene alejado de los terrenos de juego tres meses. Se ausenta 17 partidos.

Goikoetxea caza a Diego, que es retirado en camilla. El argentino tiene que ser intervenido y, tras una intensiva rehabilitación, vuelve tres meses después. Se pierde 18 partidos.

Tras los incidentes ocurridos durante la Final de Copa, se prepara una sanción de tres meses para Maradona que nunca llega a cumplir.

El Barça traspasa al Nápoles a Maradona por 1.185 millones de pesetas.

“¿Podré volver a jugar, doctor?”

Con el tobillo destrozado por la entrada de Goikoetxea y tendido sobre la camilla del quirófano Maradona le preguntó al cirujano Rafael González Adrio si se recuperaría.

Diego sufrió una fractura del maléolo peroneal del tobillo izquierdo y arrancamiento y desgarro del ligamento lateral interno. En torno a las 2:30h de la madrugada, el jugador fue intervenido en la clínica Asepeyo de Barcelona.

La operación fue supervisada por el reconocido cirujano Josep María Figueras. El doctor González Adrio operó durante dos horas a Maradona. Tras la exitosa intervención llegaba una intensa rehabilitacion, ya que, el ligamento reconstruido es el principal estabilizador medial del tobillo.

Los destellos de un genio incomprendido

A pesar de su discreto palmarés en el Barcelona, el delantero dio a conocer su descomunal talento dejando apuntes de su mejor juego, varios goles memorables y una buena colección de centros, regates y controles.

Un balance de títulos muy escaso

Maradona sólo pudo conseguir tres trofeos para las vitrinas del Barcelona (no llegó a jugar la Supercopa de España). Su polémico traspaso al Nápoles privó a los culés de disfrutar de un jugador que poco tiempo después, en el Mundial 86, alcanzó la cima de su carrera deportiva.

Su gol más recordado como barcelonista

El 20 de octubre de 1982, ante el Estrella Roja de Belgrado, Maradona firmó uno de sus mejores goles. Se deshizo de sus dos marcadores, Jovin y Rajkovic, y condujo el balón con su maestría habitual y ese estilo tan memorable, hasta llegar al semicírculo del área. Entonces, vio algo adelantado a Stojanovic y le colocó el balón por arriba, con una vaselina imposible. El público local sólo pudo ponerse en pie y aplaudir aquella magistral jugada.

Tras la operación en Barcelona, su tobillo se inflamaba de forma frecuente por lo que, desde entonces, Puma confeccionó a medida unas botas especiales para él, con un talón más alto de lo habitual.

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