
Saltillo. – Para quienes han estado al frente de la labor de la UNTA Coahuila, ver la sonrisa de los niños es la mayor recompensa que pueden recibir. José Luis López Cepeda, dirigente de la organización, expresó: «Con la sonrisa de los niños es más que suficiente y la vuelta vale la pena». Esta afirmación resuena profundamente en el corazón de quienes dedican su tiempo y esfuerzo a llevar alegría y esperanza a las comunidades durante la temporada navideña.
A lo largo de dos décadas, la UNTA Coahuila ha trabajado incansablemente para crear una conexión única con los habitantes de cada comunidad en el estado. Esta conexión, que va más allá de la entrega de regalos y festividades, se ha convertido en un lazo de confianza y apoyo que muchos políticos no logran establecer.
«Los niños nos conocen por nombre, y eso es algo muy especial, porque significa que nuestra labor trasciende más allá de las festividades», agregó López Cepeda.
El espíritu navideño es un momento en el que la comunidad se une, y la UNTA Coahuila ha hecho de esta época un tiempo de celebración y esperanza. A través de diversas actividades, la organización se asegura de que cada niño, sin importar su situación económica, tenga la oportunidad de experimentar la magia de la Navidad. Desde la entrega de juguetes hasta la organización de eventos festivos, cada acción está diseñada para iluminar los rostros de los más pequeños.
La labor de la UNTA no solo se limita a la temporada navideña; su compromiso con las comunidades es continuo. A lo largo del año, la organización realiza diversas actividades que buscan mejorar la calidad de vida de los habitantes, desde talleres educativos hasta programas de apoyo social. Sin embargo, es durante la Navidad cuando el impacto de su trabajo se siente con mayor intensidad, ya que la alegría de los niños es un reflejo del esfuerzo colectivo de la organización y sus voluntarios.
La emotividad que transmite el espíritu navideño en las comunidades hace que todo el esfuerzo de la organización se vea recompensado. Las sonrisas, los abrazos y la gratitud de los niños y sus familias son el motor que impulsa a los miembros de la UNTA a seguir adelante, a pesar de los desafíos que puedan enfrentar. «Cada sonrisa es un recordatorio de por qué hacemos lo que hacemos», comentó López Cepeda, enfatizando la importancia de esta conexión emocional.
El impacto de la UNTA Coahuila va más allá de la simple entrega de regalos; se trata de construir relaciones duraderas y significativas con las comunidades. La organización ha logrado crear un ambiente de confianza, donde los habitantes sienten que pueden contar con ellos no solo en tiempos de celebración, sino también en momentos de necesidad.
En un mundo donde a menudo se pierde el sentido de comunidad, la labor de la UNTA Coahuila se erige como un ejemplo de compromiso y dedicación. A medida que continúan su labor en las comunidades, el legado de amor y esperanza que han sembrado perdurará en las sonrisas de los niños y en el corazón de cada familia que ha sido tocada por su generosidad.
La Navidad es un tiempo de dar, de compartir y de recordar la importancia de la comunidad. Gracias a la UNTA Coahuila y a su incansable trabajo, muchas familias pueden disfrutar de estas festividades con alegría y esperanza, recordando que, a pesar de las dificultades, siempre hay motivos para sonreír.
