
Jorge Luis Ríos
ACUÑA, COAH. – Gaude Olivo, licenciada en psicología, afirma que el machismo se fomenta de diferentes maneras y desde casa: Aceptando y viendo como normal que el macho sea fuerte, posesivo, que no realicen labores del hogar, que no expresen sentimientos, que no llore por un dolor ni por un sentimiento.
Si esto ocurre en casa en un hombre, son características que se consideran de debilidad. Ellos deben saber que el medio, la calle y las labores de liderazgos les pertenecen por ser macho, mientras que a las chicas se les relaciona con labores sensibles como cuidar el hogar, cuidar las flores, cuidado de personas mayores, enseñanza a niños, refiere la especialista.
“Algo tan sencillo que sin darnos cuenta empezamos a asignar el rol del poder en los chicos, es cuando seleccionamos los colores azul, verde y blanco porque son colores fuertes, mientras que a las chicas se les asignamos los colores rosaditos, amarillo suave, y pastel”.
Cuando se hace esto, desde casa y en la mayoría de las veces, las mamás, fortifican la creencia de que la fuerza les pertenece a los chicos y la debilidad a las chicas, agrega Olivo.
Para Gaude Olivo, aún y cuando se han reforzado las leyes para proteger y empoderar a las mujeres y que el gobierno, las empresas y organizaciones están haciendo mucho en pro de que exista una igualdad entre hombres y mujeres, en muchos hogares mexicanos todavía hay mamás que trasmiten valores machistas.