
La instalación, apodada “Alcatraz Caimán”, sería construida en los Everglades y podría albergar a mil personas en condiciones de aislamiento natural
Factor
MIAMI, FL.- El estado de Florida avanza en un polémico proyecto para construir una instalación de detención de migrantes en el corazón de los Everglades, una vasta zona pantanosa del sur del estado conocida por su fauna salvaje, incluyendo caimanes, pitones y otras especies exóticas. La propuesta ha sido apodada “Alcatraz Caimán” debido a su aislamiento extremo y su aparente similitud con la famosa prisión ubicada en una isla de la bahía de San Francisco.
El proyecto fue anunciado por el fiscal general del estado, James Uthmeier, quien aseguró que esta instalación representaría una “respuesta eficiente y de bajo costo” frente al creciente hacinamiento en los centros de detención de migrantes en Florida. Según su visión, el aislamiento natural del área funcionaría como una barrera de seguridad biológica, reduciendo la necesidad de infraestructura perimetral como muros o cercas electrificadas.
Una prisión en medio de los pantanos
El centro de detención sería levantado en el antiguo Aeropuerto de Entrenamiento y Transición Dade-Collier, una pista de aterrizaje en desuso enclavada en un terreno de más de 7,700 hectáreas. La zona está considerada como un ecosistema protegido, hogar de unas 2,000 especies de flora y fauna, lo que ya ha encendido alertas entre grupos ambientalistas y defensores de derechos humanos.
En una carta enviada a autoridades locales de Miami-Dade y el condado de Collier, el director de la División de Manejo de Emergencias de Florida, Kevin Guthrie, expresó la intención del estado de comprar el terreno por 20 millones de dólares, con la expectativa de que la instalación esté operativa en un plazo de 30 a 60 días tras su aprobación.
Un costo millonario y críticas crecientes
El costo anual operativo estimado del centro sería de 450 millones de dólares, aunque las autoridades estatales anticipan que una parte significativa podría ser cubierta mediante fondos federales. La vocera del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, indicó que Florida podría presentar solicitudes de financiamiento a nivel federal una vez que el proyecto esté en marcha.
La propuesta ha sido duramente criticada por organizaciones de derechos civiles y activistas. Adriana Rivera, portavoz de la agrupación FLIP, condenó el nombre y la narrativa asociada al proyecto, señalando que «vincular un centro de detención con el nombre de Alcatraz perpetúa una visión deshumanizante y criminalizante hacia los migrantes».
Un plan más grande en camino
El proyecto de Alcatraz Caimán no es el único en evaluación. El gobernador Ron DeSantis también estudia la construcción de una segunda instalación en el centro de entrenamiento militar Camp Blanding, con la intención de duplicar la capacidad de detención de migrantes en Florida.
“Queremos aumentar la capacidad nacional de detención de 41 mil a 100 mil personas. Eso aliviará la carga de nuestras fuerzas estatales y contribuirá con la misión nacional”, declaró DeSantis.
El contexto migratorio
Florida ha intensificado su postura contra la migración irregular. En lo que va de 2025, más de 168 mil migrantes han sido detenidos en territorio estadounidense, según cifras oficiales. Paralelamente, al menos 7 mil personas han solicitado la autodeportación voluntaria mediante la aplicación CBP Home, de las cuales más de 3 mil ya han sido retornadas a sus países de origen.
Condiciones del proyecto “Alcatraz Caimán”
- Capacidad estimada: 1,000 migrantes
- Ubicación: Aeropuerto Dade-Collier, en los Everglades
- Terreno: 7,770 hectáreas rodeadas de fauna salvaje
- Costo del terreno: 20 millones de dólares
- Costo operativo anual: 450 millones de dólares
- Tiempo estimado para operar: Entre 30 y 60 días después de su aprobación
Riesgos ambientales y sociales
El proyecto se encuentra también bajo el escrutinio de grupos ambientalistas, quienes advierten que la construcción de una megaprisión en uno de los ecosistemas más frágiles de Norteamérica podría tener efectos irreversibles para la biodiversidad local.
Además, expertos en migración y derechos humanos han expresado su preocupación sobre las condiciones de detención en un entorno tan inhóspito y remoto, que podría limitar el acceso a servicios legales y médicos, y aumentar los riesgos físicos para las personas retenidas.