
Por/factor
Baja California. – El domingo 6 de octubre fue una jornada trágica para el municipio de Ensenada, en Baja California, cuando enfrentamientos armados entre grupos criminales y las fuerzas de seguridad dejaron un saldo devastador de nueve muertos y al menos siete heridos. La violencia desatada esa mañana sacudió a la comunidad, generando pavor y desesperación entre los pobladores de Valle de la Trinidad, una de las localidades más afectadas.
Esa madrugada, el sonido de las balas fue suficiente para que la gente se resguardara en sus hogares, temerosa por sus vidas. En cuestión de horas, los enfrentamientos dejaron cuerpos sin vida, vehículos destrozados y una sensación de impotencia. La violencia, que parecía distante en el paisaje rural, se había instalado de golpe. El primer indicio de la violencia ocurrió en la madrugada, cuando se reportó un enfrentamiento en Valle de la Trinidad entre civiles armados. Este cruce de fuego generó una respuesta inmediata de las autoridades, que lograron localizar, horas después, un vehículo pick-up con varios impactos de bala. Al inspeccionarlo, encontraron los cuerpos sin vida de cuatro individuos.
Más tarde, la situación empeoró. Otro cadáver fue hallado en una gasolinera y otro más en un tramo carretero que conecta con el Golfo de California. Los enfrentamientos no cesaban y, en total, se contabilizaron nueve víctimas mortales, entre ellas tres agresores que murieron en un enfrentamiento directo con personal del Ejército y la Guardia Nacional durante un operativo de seguridad en la zona.
Las imágenes de este violento día en Ensenada son un reflejo de la creciente inseguridad que aqueja a Baja California, un estado históricamente marcado por la presencia del crimen organizado. Sin embargo, la violencia en esta región ha aumentado en los últimos meses debido a los enfrentamientos entre organizaciones rivales y las fuerzas federales. Los siete heridos identificados hasta el momento son parte de la tragedia, pero también reflejan el impacto directo de esta ola de violencia en las personas. Entre los lesionados se encuentran jóvenes de entre 17 y 34 años, con heridas de bala en diversas partes del cuerpo. Estos datos fueron obtenidos de reportes extraoficiales, mientras las autoridades locales no han emitido un comunicado formal.
Aunque la violencia no es una novedad en Baja California, la magnitud de los enfrentamientos en este municipio ha alarmado a las autoridades y a la población local. La comunidad de Valle de la Trinidad, una zona más tranquila y menos expuesta a la violencia urbana, se vio arrasada por el conflicto, que ahora ha dejado huellas imborrables. El estado de Baja California es un territorio clave para el narcotráfico, y en él operan al menos tres organizaciones criminales de gran poder: el Cártel de Sinaloa, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) y los Beltrán Leyva. Cada uno de estos grupos tiene presencia en distintas zonas del estado, y los enfrentamientos entre ellos han generado un clima de inseguridad creciente.
Una de las células más activas en la región es la de Los Rusos, perteneciente al Cártel de Sinaloa. Esta célula, encabezada por Jesús Alexander Sánchez Félix, conocido como ‘El Ruso’, ha sido identificada como uno de los objetivos prioritarios de las autoridades en Baja California. Los enfrentamientos entre las distintas facciones del Cártel de Sinaloa y el CJNG por el control de territorios y rutas de narcotráfico han sido frecuentes, dejando detrás de sí una estela de sangre y destrucción. El aumento de la violencia en Ensenada y otras localidades de Baja California no es un hecho aislado. La lucha por el control de rutas de narcotráfico y el poder en la región se ha intensificado, y las autoridades locales, aunque están luchando por restaurar el orden, enfrentan una difícil tarea.