POR: ANTONIO GONZÁLEZ
SIMPLEMENTE IMPARABLE
Contar con 503 mil votos en una elección interna de tu partido, no solo es todo un logro, es el logro del siglo, Manolo Jiménez lo logró, hoy le entregaron su acta de mayoría y por ende es el candidato del PRI a la gubernatura de Coahuila.
Manolo dio muestra de su experiencia, con su juventud y fuerza logró recorrer en estos pocos días todo el Estado de Coahuila, visitar todos los sectores, por lo que definitivamente el resultado de la elección no debería ser una sorpresa, se trabajó para eso, y el trabajo fue arduo.
SE ATONTEJÓ
Repentinamente se dio el nombramiento de Chano Díaz Iribarren como coordinador regional de los Programas del Bienestar.
Con esto se dan por hecho dos cosas, una se descarta para ser el candidato a diputado por Morena en la elección que viene, dejándole el camino libre a la esposa del alcalde de San Juan de Sabinas, Mayito López, Elisa Saucedo como la única con capital político para contender por este distrito.
Se veía venir que Mayito negociara con Tana Guadiana la candidatura para su esposa, y en lo que respecta Chano Díaz Iribarren con qué poco se conformó, aunque de seguro lo hizo pensando en la elección del 2025 para renovar alcaldías, en dónde será otro cantar, pero de ser así, ya lleva desventaja desde ahorita.
PLAN B EN COAHUILA NO
Ayer se firmó un acuerdo entre el INE y las instituciones involucradas en cuanto a la democracia se refiere en Coahuila, todos de acuerdo para brindar unas elecciones limpias y claras, ahí Lorenzo Córdova, consejero presidente del INE también aseguró que el PLAN B de AMLO no va a entrar a Coahuila al menos en el 2023, y en la elección del 2024 se ve difícil.
Pero vamos adentrarnos un poco en lo que es ese mentado plan, sabe usted todo lo que van a quitar y lo que va a pasar con el manejo del INE, pues ahí les van algunos puntos que nos van a quitar.
- Un padrón confiable, elaborado por miembros del servicio electoral profesional. Regresaríamos al padrón amañado, repleto de personas muertas o inexistentes, armado por el partido oficial.
- La certeza de saber que una persona introdujo un voto en la casilla y sólo votó una vez. Regresaríamos a las «urnas embarazadas», los «carruseles», al padrón rasurado, la «rueda de la fortuna», los muertos votantes, la «operación tamal», el «taqueo de votos», las «casillas zapato», y los camiones cargados de electores movilizados por el partido en el poder, para ir de casilla en casilla.
- La certeza de saber cuántos y quiénes votaron. Regresaríamos a la era de «la caída del sistema», en la cual el secretario de Gobernación nos daría el resultado «oficial».
- La legitimidad del ganador sería cuestionada por los partidos de oposición. Regresaríamos a la época de los presidentes impuestos por la vía del fraude y la elección de Estado.
- La posibilidad de solucionar los conflictos post-electorales por la vía institucional. Regresaríamos a la era de protestas masivas, calles tomadas, oficinas de gobierno rodeadas, ganadores ilegítimos y perdedores enfurecidos.
- El voto libre y secreto. Regresaríamos a la época donde las funciones de representantes ciudadanos de casilla serían llevadas a cabo por miembros del partido/gobierno. Ellos vigilarían cómo vota su clientela electoral.
- El voto impreso en papel seguridad, con componentes que lo hacen infalsificable, y la tinta indeleble para que nadie pueda votar varias veces. Regresaríamos al voto falsificado, múltiple, y con resultados inducidos para beneficiar al partido en el gobierno.
Y la lista sigue, pero esto es de lo más importante.