Del Marqu?s a Estancias
*Con la bendici?n de Dios y la lluvia sobre el rostro
Por: Cristina Flores Cepeda
Coahuila.- Despunta el d?a pero el sol no se ve. La nublaz?n le impide al astro rey brillar como ocurri? a primera hora del lunes; esta es la cuarta etapa del recorrido de 320 kil?metros desde Santo Domingo a Sabinas donde cerca de 200 cabalgantes recorren veredas, caminos y brechas que los antepasados, los fundadores de la ?hospitalaria? recorrieron en busca de un mejor destino para sus familias.
El personal de apoyo se levanta primero y empieza a preparar alimentos aunque hay quienes solo optan por tomar alg?n te o caf?, para ir ligeros, no quieren bajar de su caballo en el tramo que les queda por cabalgar. Es la cuarta fase de este recorrido que inici? desde el pasado s?bado y pesa, el cansancio se refleja en sus rostros, el cuerpo reciente el descanso a la intemperie y las desma?anadas. Levantarse de madrugada es clave pero hoy que el chipi-chipi permaneci? durante la noche no saben en qu? condiciones est? el camino.
Ellos saben que el sol es pesado, pero cabalgar con la lluvia encima es tambi?n una aventura complicada. Hay tramos donde el chubasco les impide ver y no pueden sacrificar sus caballos pues el terreno se hace lodoso y puede ocurrir alg?n incidente, el camino sigue siendo el mismo trazado por los organizadores, saben que no habr? arroyos desbordados pero procuran caminar en grupo, que nadie se quede rezagado es lo mejor en esta ocasi?n. Al frente del contingente una parte de los coordinadores de la cabalgata gu?a a los grupos, otros m?s se quedan al final para estar pendiente de ellos. La responsabilidad es mucha pues alg?n animal ponzo?oso puede salir al paso.
Es el d?a cuatro que establece el recorrido de ?El Marqu?s a Estancias?, en la edici?n n?mero 27 de la llamada ?madre de todas las cabalgatas Santo Domingo-Sabinas?; frente a los cabalgantes desfilan las camionetas donde transita el personal de apoyo. Ellos los proveen de agua, de un termo con caf?. Un cigarro. En esta fase atraviesan ?el pueblo de Casta?os y el paso de los cabalgantes se convierte en un suceso, la gente sale a verlos, los observa cabalgar, recorrer este sitio. Los ni?os entusiasmados y las amas de casa aplauden y lanzan porras a los jinetes. Ellos saben que en este tramo les dan la bienvenida siempre con mucha efusividad; quienes por primera vez hacen el recorrido les sorprenda la manera en que son recibidos.
Hoy quieren llegar a su destino en esta cuarta fase. Quieren llegar a descansar, a comer, porque es pesado este trayecto pero saben que est?n casi a la mitad de la haza?a.? Unos cuantos kil?metros m?s por recorrer los jinetes para llegar al sitio donde los espera el campamento con las ollas humeantes, con m?sica en cada uno de ellos donde el invitado especial es el jinete y su caballo. Apenas llegan al lugar y es principalmente atendido el caballo, le quitan la montura, lo llevan a descansar, a beber agua y a comer para que aguante la siguiente fase.
Al salir el sol y el camino a la orilla de la carretera se vuelve mon?tono, a no ser por la gente que se acerca a saludar y desear suerte en su viaje. La nublaz?n abandon? a los cabalgantes, aunque de pronto alguna nube deja caer algo de agua, el sol aparece sobre la humanidad de los participantes en este recorrido que tiene un destino final: Sabinas.
Todav?a falta camino, falta recorrido, faltan d?as y sus noches, pero avanzan paulatinamente. ?Grupos de jinetes de poblaciones cercanas se congregan para ver pasar a los cabalgantes; el trayecto entre nublaz?n, sol y de pronto lluvia, hace que sea pesado este camino de la cuarta etapa. Cuando llegan al campamento a algunos, los espera su familia, les llevan ropa limpia, y ellos se confortan con las sonrisas de los hijos, de los nietos. Se alimentan y dejan que caiga la noche para que el sue?o reparador les provoque descanso. Es una etapa m?s. La cuarta. ??Faltan tres m?s y nos vamos!!
