
Con anticipación, panaderías se preparan para la llegada de la Rosca de Reyes
Por Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – En la reconocida panadería «La Espiga de Oro» de Sabinas, los señores Armando Campos y Mario Treviño han iniciado con anticipación los preparativos para la tradicional Rosca de Reyes. Esta negociación, con 31 años de trayectoria en la localidad, se caracteriza por su compromiso con la calidad y la atención a sus clientes.
«Comenzamos hoy para tratar de brindarles la mejor atención a todos nuestros clientes. Planeamos ofrecer alrededor de 800 roscas en venta y ya hemos empezado con la primera horneada», señaló el señor Armando Campos, quien, después de tres décadas al frente del negocio, pasará la estafeta a su yerno Mario Treviño, asegurando la continuidad de esta panadería con arraigo local.
Destacaron que en la elaboración de cada rosca se seleccionan cuidadosamente los ingredientes para garantizar los mejores resultados. Todas las roscas se preparan con ingredientes frescos, y la presentación única disponible es de tamaño mediano, con un costo de 180 pesos. El proceso de producción, que abarca tres días, culmina en un producto que puede conservarse hasta por cuatro días.
«En cada rosca colocamos estratégicamente tres niños, siguiendo la tradición. Invitamos a nuestros clientes a acercarse con anticipación, ya que algunos se preparan con tiempo para asegurar la adquisición de este emblemático producto para compartir en casa o en la oficina”, agregó Mario Treviño.
La panadería, ubicada en Emilio Carranza 218 entre las calles de Ocampo y Zaragoza, ampliará su horario hasta las 10 de la noche para facilitar a los clientes la compra de sus roscas de Reyes. Este cambio temporal busca satisfacer la demanda creciente que experimentan durante esta temporada.
Con el retiro del señor Armando Campos, la comunidad de Sabinas agradece su dedicación y compromiso a lo largo de los años. Asimismo, le da la bienvenida a Mario Treviño, quien continuará con la tradición y la calidad que han caracterizado a «La Espiga de Oro» desde hace más de tres décadas, al considerar que la mayoría de los negocios de este municipio son de tradición y se heredan así de padres a hijos o hijas, siempre perdurando a través de los años.