MARCA
CIUDAD DE MÉXICO.- Vaya por delante todo mi respeto para la decisión final de Checo Pérez de seguir otro año más en Red Bull. Por fin la escudería le confirma de manera oficial y acalla cualquier rumor sobre la posibilidad de que otro piloto ocupe su asiento en la próxima temporada.
Checo Pérez y la decisión de seguir en Red Bull para 2024
Es la decisión del piloto mexicano y hay que apoyarla, pero eso no quiere decir que uno la comparta. Entendiendo su postura, creo que es la más cómoda después de un año en el que cuando más cerca estaba de Verstappen su equipo o el entorno de ese equipo le ningunearon, creando un ambiente imposible para que pudiera luchar de tú a tú con el campeón holandés. Al menos es lo que yo he percibido desde fuera en esta pasada temporada.
Por eso entiendo que la continuidad en Red Bull es una manera de rendirse a las primeras de cambio. Checo sabe que en estas condiciones no está para pelear por el campeonato. La apuesta de la escudería es Verstappen y él está, como mucho, para pelear por ese segundo puesto. Y ya sabe que, si se le ocurre competir con Max, tiene todas las de perder. Saldrá primero el padre del holandés, y después Helmut Marko y demás afines al actual campeón para recordarle cuál es su papel en el equipo. Un papel secundario.
Checo ha asumido con resignación este papel de ser el segundo piloto, ha decidido que, como mucho, debe aspirar a ganar alguna pole y alguna carrera cuando su compañero de equipo se lo permita. También sabe que tendrá que ayudarle en los momentos delicados, pero que no tendrá reciprocidad. Debe buscarse la vida, complicársela lo menos posible a Verstappen y ser obediente con Red Bull. Para mí, ya ha perdido el campeonato tanto con Verstappen… como con Red Bull. Pero es su decisión y hay que respetarla, aunque no me guste nada.
