
Celebra el ejido Puente Negro 93 años de su fundación
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – El ejido Puente Negro, un rincón de historia y perseverancia, celebró con orgullo su 93 aniversario el pasado sábado 17 de agosto. En un ambiente de camaradería y amor por la tierra, las familias del ejido y de comunidades circunvecinas se unieron en una jornada llena de tradición y alegría. La celebración comenzó con una emotiva cabalgata que recorrió el ejido, símbolo de la fortaleza y unidad de quienes cada día luchan por mantener viva su herencia rural.
El ejido Puente Negro nació un 14 de agosto de 1931, en tiempos del presidente Pascual Ortiz Rubio, cuando aún pertenecía a Villa Unión. Fueron 3218.08 hectáreas las que se dotaron a 78 vecinos en ese entonces, iniciando una comunidad que, a pesar de las adversidades, ha sabido mantenerse de pie con dignidad y esfuerzo. Hoy, 93 años después, esa misma tierra es testigo del trabajo incansable de sus habitantes, quienes dedican sus vidas a la ganadería y agricultura, enfrentando con valentía las duras condiciones climáticas de la región.
Con aproximadamente 130 habitantes, la mayoría de ellos concentrados en el centro de la comunidad, y otros en ranchos más alejados, el ejido Puente Negro sigue siendo un bastión de tradiciones y valores. La escuela primaria “Lázaro Cárdenas del Río” es otro orgullo de la comunidad, formando a niños que destacan en diversas justas educativas, culturales, deportivas y sociales, demostrando que el espíritu de superación sigue vivo en cada rincón de este lugar. Igual sucede con los alumnos de la telesecundaria.
Uno de los grandes anhelos de las familias de Puente Negro es la pavimentación del camino de acceso, una mejora que sin duda elevaría la calidad de vida de sus habitantes, facilitando el transporte de los productos que con tanto esfuerzo cultivan y crían para su venta en Sabinas. Este deseo es un reflejo del compromiso de la comunidad por seguir avanzando, sin perder de vista sus raíces.
El sábado 17 de agosto, Puente Negro celebró con orgullo su historia, cerrando con broche de oro un día lleno de tradición con un jaripeo y un baile que reunió a todos en la cancha del lugar. Esta festividad, un homenaje a su pasado, es una reafirmación de su compromiso con el futuro, un futuro que, con el esfuerzo y la unión de su gente, seguirá siendo brillante y prometedor.
