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Carpe Diem!

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By:Me

 

EL EXTRA?O

 

Unos cuantos a?os despu?s que yo naciera, mi padre conoci? a un extra?o, reci?n llegado a nuestra peque?a poblaci?n.

Desde el principio, mi padre qued? fascinado con este encantador personaje, y enseguida lo invit? a que viviera con nuestra familia.

El extra?o acept? y desde entonces ha estado con nosotros.

Mientras yo crec?a, nunca pregunt? su lugar en mi familia; en mi mente joven ya ten?a un lugar muy especial.

Mis padres eran instructores complementarios:

Mi mam? me ense?? lo que era bueno y lo que era malo y mi pap? me ense?? a obedecer.

Pero el extra?o era nuestro narrador.

Nos manten?a hechizados por horas con aventuras, misterios y comedias.

El siempre ten?a respuestas para cualquier cosa que quisi?ramos saber de pol?tica, historia o ciencia.

?Conoc?a todo lo del pasado, del presente y hasta pod?a predecir el futuro!

Llev? a mi familia al primer partido de f?tbol.

Me hac?a re?r, y me hac?a llorar.

El extra?o nunca paraba de hablar, pero a mi padre no le importaba.

A veces, mi mam? se levantaba temprano y callada, mientras que el resto de nosotros est?bamos pendientes para escuchar lo que ten?a que decir,

pero ella se iba a la cocina para tener paz y tranquilidad.

(Ahora me pregunto si ella habr? rogado alguna vez, para que el extra?o se fuera.)

Mi padre dirigi? nuestro hogar con ciertas convicciones morales, pero el extra?o nunca se sent?a obligado para honrarlas.

Las blasfemias, las malas palabras, por ejemplo, no se permit?an en nuestra? casa Ni por parte de nosotros, ni de nuestros amigos o de cualquiera que nos visitase.

Sin embargo, nuestro visitante de largo plazo, lograba sin problemas usar su lenguaje inapropiado que a veces quemaba mis o?dos y que hacia que pap? se retorciera y mi madre se ruborizara.

Mi pap? nunca nos dio permiso para tomar alcohol.

Pero el extra?o nos anim? a intentarlo y a hacerlo regularmente.

Hizo que los cigarrillos parecieran frescos e inofensivos, y que los cigarros y las pipas se vieran distinguidas.

Hablaba libremente (quiz?s demasiado) sobre sexo.

Sus comentarios eran a veces evidentes, otras sugestivos, y generalmente vergonzosos.

 

Ahora s? que mis conceptos sobre relaciones fueron influenciados fuertemente durante mi adolescencia por el extra?o.

Repetidas veces lo criticaron, mas nunca hizo caso a los valores de mis padres, aun as?, permaneci? en nuestro hogar.

 

Han pasado m?s de cincuenta a?os desde que el extra?o se mud? con nuestra familia.

Desde entonces ha cambiado mucho; ya no es tan fascinante como era al principio.

No obstante, si hoy usted pudiera entrar en la guarida de mis padres,

todav?a lo encontrar?a sentado en su esquina, esperando por si alguien quiere escuchar sus charlas o dedicar su tiempo libre a hacerle compa??a…

?Su nombre?

 

 

Nosotros lo llamamos……. Televisor!!

 

Nota:

Se requiere que este art?culo sea le?do en cada hogar.

?Ahora tiene una esposa que se llama Computadora!!

 

…y un hijo que se llama Celular!

 

con el agravante que el nieto pinta ser el peor de todos, el SMART PHONE

 

?Tengo miedo del d?a que la tecnolog?a vaya a sobrepasar a interacci?n humana.- El mundo ser? una generaci?n de idiotas?

Albert Einstein

 

El d?a lleg?!!!!

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