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Carpe Diem!

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By:Me

Hab?a una vez un le?ador que se present? a trabajar en una maderera. El sueldo era bueno y las condiciones de trabajo mejores a?n. As? que el le?ador se propuso hacer un buen papel. El primer d?a se present? al capataz, que le dio un hacha y le asign? una zona del bosque. El hombre, entusiasmado, sali? al bosque a talar. En un solo d?a corto 18 ?rboles. -Te felicito -le dijo el capataz,- sigue as?.
Animado por las palabras del capataz, el le?ador se decidi? a mejorar su propio trabajo al d?a siguiente. As? que esa noche se acost? bien temprano. A la ma?ana siguiente, se levant? antes que nadie y se fue al bosque. A pesar de todo su empe?o no consigui? cortar m?s de 15 ?rboles. Debo estar cansado -pens?. Y decidi? acostarse con la puesta de sol. Al amanecer, se levant? decidido a batir su marca de 18 ?rboles. Sin embargo ese d?a no lleg? ni a la mitad. Al d?a siguiente fueron 7 y luego 5, y el ?ltimo d?a estuvo toda la tarde tratando de talar su segundo ?rbol. Inquieto por lo que dir?a el capataz, el le?ador fue a contarle lo que le estaba pasando y a jurarle y perjurarle que se estaba esforzando hasta los l?mites del desfallecimiento. El capataz le pregunt?: ?Cu?ndo afilaste tu hacha por ?ltima vez?. ?Afilar?, no he tenido tiempo para afilar. He estado demasiado ocupado talando ?rboles. (An?nimo)
«Si se embotare el hierro, y su filo no fuere amolado, hay que a?adir entonces m?s fuerza; pero la sabiduria es provechosa para dirigir» Eclesiast?s 10:10
– Para sonre?r: ) Hab?a un hombre que trabajaba en la oficina de correos, cuyo trabajo era procesar las cartas que tra?an la direcci?n ilegible.
Un d?a, llego a sus manos una carta que tra?a escritura temblorosa y que iba dirigida a Dios, pero no tenia direcci?n alguna. Como esa carta no iba a ir a ning?n lado, decidi? abrirla para ver de qu? se trataba.

‘Querido Dios: Soy una viuda de 84 a?os, que vive de una peque?a pensi?n. Ayer, alguien rob? mi bolsa que ten?a 1,000 pesos, era lo que me quedaba de la quincena y ahora voy a tener que esperar hasta mi pr?ximo cheque, no s? qu? hacer.
El pr?ximo domingo es navidad y hab?a invitado a dos amigas m?as a cenar, pero sin dinero, no tendr? qu? ofrecerles, no tengo ni comida para m?, no tengo familia y eres todo lo que tengo, mi ?nica esperanza, Me podr?as ayudar? Por Favor?
Sinceramente
Mar?a.’

Fue tal el impacto que la carta caus? al empleado postal, que este decidi? mostrarla a sus compa?eros de trabajo, todos quedaron sorprendidos y comenzaron a buscar en sus bolsas y carteras, al final de la tarde, hab?an hecho un cooperaci?n de 880.00, los guardaron en un sobre y se lo mandaron a la direcci?n del remitente de Mar?a.
Esa tarde, todos los empleados que cooperaron, sintieron un rico calorcito en el ambiente y una sensaci?n de satisfacci?n que tal vez no experimentaban hace mucho tiempo, al saber lo que hab?an hecho por Mar?a y sus amigas.
Lleg? la navidad y se fue.
Algunos d?as despu?s de la navidad, lleg? a la oficina de correos otra carta de Mar?a, la reconocieron inmediatamente por la escritura y porque iba dirigida a Dios. La abrieron y todos con curiosidad escucharon lo que dec?a:

‘Querido Dios: Con lagrimas en mis ojos y con todo el agradecimiento de mi coraz?n te escribo estas l?neas para decirte que hemos pasado, mis amigas y yo, una de las mejores navidades de la vida, y todo por tu maravilloso regalo, debes saber que siempre hemos sido fieles a tu mandato y hemos guardado todos tus mandamientos, tal vez esa sea la raz?n de tu benevolencia con nosotras.

Gracias Dios, por cierto, faltaban 120 pesos, seguramente se los robaron esos hijos de la chingada del correo…’

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