FACTOR
DORTMUND, ALEMANIA.- En una noche cargada de tensión, emoción y fútbol al rojo vivo, el FC Barcelona resistió el embate furioso del Borussia Dortmund en el Signal Iduna Park, y aunque cayó 3-1 en territorio alemán, el abultado 4-0 logrado en la ida le permitió sellar su pase a las semifinales de la UEFA Champions League con un global de 5-3.
Los de Hansi Flick sufrieron, temblaron y por momentos parecieron tambalearse frente a un equipo alemán que soñó con una remontada épica y que convirtió su estadio en una auténtica olla de presión. Pero el oficio y el temple terminaron imponiéndose en los momentos clave, permitiendo al conjunto azulgrana regresar a la penúltima ronda del torneo más prestigioso de Europa.
Un Dortmund desatado y lleno de fe
El Borussia Dortmund salió como una avalancha. Desde el primer minuto, los hombres dirigidos por Niko Kovač marcaron el ritmo del partido con una intensidad demoledora. Sabían que necesitaban una gesta monumental, y no tardaron en encender la chispa: al minuto 9, una falta dentro del área cometida por Szczesny sobre Pascal Gross fue sancionada con penal. Guirassy asumió la responsabilidad y con una ejecución magistral a lo Panenka, desató la locura en las gradas amarillas.
El gol no fue casualidad ni un chispazo aislado. Los locales siguieron apretando con verticalidad y vértigo, generando ocasiones constantes con Adeyemi, Beier y el propio Gross. El Barcelona, por su parte, sufría para encontrar el balón y solo resistía gracias a un inspirado Szczesny, que con varias intervenciones evitó que la ventaja local fuera aún mayor antes del descanso.
Tras el entretiempo, el asedio no cesó. En el minuto 50, un saque de esquina encontró a Bensebaini en el segundo palo, cuyo remate fue bien leído por Guirassy, quien firmó su doblete y encendió definitivamente la esperanza del público alemán. El 2-0 ponía el marcador global 4-2, y la sensación era que la remontada estaba cada vez más cerca.
Un respiro inesperado y resistencia catalana
Pero el fútbol, caprichoso como siempre, ofreció un giro inesperado apenas tres minutos después. Fermín López, en una acción por la banda derecha, mandó un centro raso que no parecía entrañar mayor peligro, pero en su intento por despejar, Bensebaini terminó empujando el balón al fondo de su propio arco. Ese gol, tan accidental como valioso para los catalanes, significó un auténtico respiro en el momento más tenso del partido.
El tanto en contra obligó al Dortmund a redoblar su apuesta ofensiva. Sin embargo, el desgaste físico empezó a pasar factura y, aunque no bajaron los brazos, el tiempo comenzaba a jugar en su contra. Aun así, Guirassy, en una noche inspirada, volvió a aparecer al 76’ para aprovechar un error de Araujo y anotar su tercer tanto del partido. El 3-1 colocaba al Dortmund a solo dos goles de la remontada.
El drama fue total en los últimos minutos. Julian Brandt llegó a marcar el 4-1 que habría puesto en jaque a los culés, pero el VAR intervino para anular el gol por posición adelantada. Por su parte, el Barça tuvo oportunidades para sentenciar en botas de Eric García, mientras que Koundé salvó un gol cantado sobre la línea, en un cierre tan angustiante como vibrante.
El Barça vuelve a semifinales: entre la épica y la advertencia
Con el pitazo final, el Barcelona celebró con mesura. Sabía que había sobrevivido a una prueba durísima, con más sufrimiento del que anticipaban tras la goleada de la ida. Flick respiró aliviado, consciente de que el equipo deberá ajustar muchos detalles si quiere aspirar seriamente al título. Pero también pudo reafirmar algo esencial: la resiliencia y el ADN competitivo del club siguen intactos.
Ahora, el Barça espera rival en semifinales, con la ilusión renovada y la certeza de que aún tiene margen para crecer futbolísticamente. Dortmund, por su parte, se despide con la frente en alto, dejando claro que la eliminatoria no se perdió en casa, sino en aquella fatídica noche en Montjuïc.
