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Aqu? en confianza ,Iv?n Garza Garc

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Insabi; de los buenos prop?sitos al galimat?as

 

 

?Eso que llaman el Seguro Popular ni es seguro ni es popular; tiene que haber un sistema que garantice el derecho del pueblo a la salud?, sentenci? el primer mandatario nacional a inicios del a?o anterior, en medio de un discurso pronunciado en Tulancingo, Hidalgo.

 

Ya desde su campa?a (la ?ltima de ellas), el hoy inquilino de Palacio Nacional se comprometi? a crear un sistema de cobertura universal de salud para las y los mexicanos, buscando emular a pa?ses como Dinamarca y Canad?, los cuales, huelga decirlo, destinan m?s del 10 por ciento de su PIB para cubrir las necesidades en la materia.

 

La intenci?n de acercar la salud a todas las personas en todos los rincones, no puede dar lugar a cr?tica alguna; ?sta debe ser una de las principales aspiraciones de cualquier gobierno. Sin embargo, el engranaje que se ha puesto en marcha para lograr tal iniciativa, est? dejando mucho que desear (por decir lo menos). Con el comienzo del nuevo a?o se declar? la defunci?n del Seguro Popular; programa que fue concebido por Julio Frenk, a mayores se?as, Secretario de Salud en el sexenio de Vicente Fox. En su lugar y para cumplir con el prop?sito planteado por el Presidente L?pez, se dio lugar al Instituto Nacional del Bienestar, el cual, a decir de Carlos Urzua, carece del debido sustento normativo, financiero y operativo, lo que puede convertirlo en ?una riesgosa quimera?. Aclaro, las palabras antes transcritas y otros adjetivos menos amables, forman parte de una publicaci?n de quien ? hasta hace pocos meses ? despachaba en la principal oficina de la Secretar?a de Hacienda y Cr?dito P?blico, ya en tiempos de la 4T.

 

La buena noticia es que ? de un d?a para otro ?? los servicios de salud para quienes no gozan de seguridad social (IMSS, ISSSTE, PEMEX o Fuerzas Armadas) se volvieron gratuitos por decreto. La mala, es que tal gratuidad solamente se encuentra en el papel y, hasta la fecha, no se ha determinado el mecanismo que permitir? a los usuarios transitar del Seguro Popular al Insabi. Dicho de otra forma, los m?s de 64 millones de mexicanos que eran atendidos a trav?s del Sistema de Protecci?n Social en Salud, ahora mismo desconocen las reglas mediante las cuales ser?n reconocidos y ?recibir?n cobertura por parte del instituto de marras.

 

Para ser claros, con el Seguro Popular los derechohabientes contaban, al menos, con una c?dula de afiliaci?n y con un cat?logo de los beneficios que pod?an obtener. Ahora, quienes requieren atenci?n m?dica y hospitalaria, tienen la firme promesa de que los servicios ser?n gratuitos, pero desconocen como acceder a ellos.

 

Al respecto, la advertencia hab?a sido lanzada. En el mes de agosto pasado, seis ex secretarios del ramo firmaron un comunicado p?blico en el que suger?an la realizaci?n de un mejor diagn?stico sobre la problem?tica de salud en el pa?s, as? como un per?odo m?s amplio para el desarrollo e implementaci?n del Insabi. Las opiniones fueron deso?das y, a decir de los signantes del referido documento, el instituto naci? sin reglas de operaci?n, sin manuales de trabajo, sin una fase piloto de prueba y (aqu? lo m?s importante) sin un mayor presupuesto para su operaci?n.

 

As?, la evidente falta de planeaci?n ha provocado incertidumbre tambi?n entre las entidades federativas, pues se desconoce el monto de los recursos que ?stas recibir?n para ofrecer atenci?n m?dica en primer y segundo nivel; tampoco ?se sabe de que forma y cuando la federaci?n absorber? tales atribuciones para centralizarlas de una vez por todas. Por lo pronto, algunos gobernadores han manifestado que no suscribir?n el convenio para el funcionamiento del Insabi en sus respectivos estados. Como si faltara un ?prietito? en el arroz, el hecho antes mencionado era desconocido por el Director del reci?n creado organismo, Juan Ferrer, quien ? por cierto ? es arque?logo de profesi?n y no registra experiencia en el sector (pero es tabasque?o y amigo personal del presidente).

 

La operaci?n del mentado Insabi se han convertido en un verdadero galimat?as y ante el tremendo caos que ha representado su arranque, las autoridades federales optaron por alegar un nuevo intento de sabotaje orquestado por los siempre presentes ?conservadores, fif?s y neoliberales. ?Esa pel?cula ya la vimos!

 

Aqu? en confianza, si el titular del Poder Ejecutivo (en cualquier tiempo y lugar), conforme a su funci?n de administrar la cosa p?blica, ha de modificar un programa implementado por un r?gimen anterior, debe hacerlo con la finalidad de mejorarlo sustancialmente y no solo motivado por pueril af?n de borrar de un plumazo lo que a?n conserva el aroma y el sello de otros gobernantes. Ah? se los dejo para la reflexi?n.

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