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Aqu? en confianza

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Iv?n Garza Garc?a

 

?ramos pocos y pari? la abuela

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Hablando del coronavirus (de que otro tema si no) debo informar al respetable que,? mientras esto escribo, el n?mero de contagios por el bicho de moda ya suma los 418 mil en todo el mundo, de los cuales 367 han sido registrados en territorio nacional. Lamentablemente, la pandemia ha cobrado m?s de 18 mil vidas. La mayor alarma se verifica en Italia y Espa?a, en donde diariamente pierden la batalla varios cientos de personas. Tristemente, cuando esta columna sea publicada, el numero de casos confirmados y victimas habr? aumentado de manera exponencial.

 

Mientras este ocurre, la OMS determin? que nuestro pa?s ha pasado a la fase 2 de la contingencia epidemiol?gica; lo anterior, aunque el Subsecretario Hugo L?pez ? Gatell asegure que a?n nos encontramos en transici?n entre un ciclo y otro, lo que para el caso, es exactamente lo mismo.

 

Para no tratar de desinflar a?n m?s los ?nimos en la galer?a, debo aclarar que cada una de las mentadas fases de la crisis sanitaria es pr?cticamente inevitable, lo que implica, en todo caso, el reforzamiento de las medidas necesarias para combatir efectivamente la transmisi?n.

 

La etapa actual se produce por la detecci?n de contagios entre personas que no tienen antecedentes de viajes al extranjero o que no han estado en contacto con quienes si han viajado; es decir, se caracteriza por la transmisi?n local, ante lo cual, el recogimiento en casa adquiere mayor relevancia.

 

Ahora bien, para aquellos que piensan que la pandemia es un invenci?n de los Illuminati para generar caos mundial (o cualquier extravagancia similar), seguramente la cifra de contagios y muertos en tierras aztecas, les parece m?nima; sobre todo, considerando que somos m?s de 130 millones los que habitamos este bendito espacio. Pero, no debemos perder de vista que las y los mexicanos podemos estar subdiagnosticados; es decir, que ante el restringido acceso a los centros de salud y frente a la escases de pruebas para la detecci?n oportuna, el numero de casos oficialmente registrados siempre ser? bajo, sin contar que pueden existir miles de personas asintom?ticas que, al ser portadoras del virus, tienen capacidad de contagio. Dicho de otra forma,? la tristemente c?lebre frase ?tengo otros datos?, puede aplicar perfectamente en este escenario.

 

El panorama luce desalentador y en varios pa?ses se han tomado dr?sticas medidas para tratar de contener la propagaci?n del mal, las cuales tienden a deteriorar gravemente la econom?a global, siendo ?sta a la que mayormente ha enfermado el virus de marras.

 

Estamos frente a la tormenta perfecta. El desplome de los mercados internacionales y la ca?da en el precio del petr?leo han encontrado la simiente en el coronavirus y en la guerra por los precios del crudo entre Rusia y Arabia Saudita.

 

Nuestra endeble econom?a, ya de por s? vapuleada desde antes de la llegada del COVID-19, no ha soportado los embates del monstruo de mil cabezas. Hoy por hoy, la bolsa, el peso y el petr?leo, se encuentran de espaldas planas en esta lucha internacional a dos de tres ca?das sin l?mite de tiempo.

 

La fr?gil moneda del ?guila y el nopal se consolida como la m?s atormentada en el marco de la crisis actual y se cotiza en 25.52 unidades por cada billete verde. Por su parte, la mezcla mexicana de petr?leo toc? un nuevo fondo para ubicar su valor en 15.33 d?lares por barril.

 

El aislamiento social – ?nico paliativo que ha resultado efectivo frente a la morbilidad del virus ? ha hecho estragos en la micro, peque?a y mediana empresa; adem?s del ?franco declive de la econom?a informal.

 

A todos los prietitos en el arroz que nos llegan por v?a de importaci?n, habr? que sumar el ?ltimo clavo al ata?d de las inversiones en M?xico.

 

Para Ripley. El proyecto para la construcci?n de una planta cervecera de la empresa Constellations Brands en Mexicali, Baja California, fue bruscamente frenado gracias a una consulta al pueblo ?bueno y sabio?. Con un avance por encima del 60 por ciento correspondiente a? una inversi?n neta de 1400 millones de d?lares, el plan para la instalaci?n de una gran factor?a y la generaci?n de varios miles de empleos, se fue a la basura. En una jornada altamente cuestionada y con una participaci?n inferior al 5 por ciento del padr?n nominal, los? cachanillas dijeron que no a la referida megainversi?n.

 

M?s all? de la p?rdida de los puestos de trabajo, que en estos dif?ciles tiempos representan oro molido, las afectaciones econ?micas derivadas de la cancelaci?n del proyecto son incalculables, pues la confianza que ofrece nuestro pa?s a los inversores extranjeros se desgarr? irremediablemente.

 

Aqu? en confianza, del descredito internacional por los resultados de la m?s reciente consulta ciudadana, no nos salva ni el escapulario del ?detente?, ni el tr?bol de seis hojas, ni el billete de dos d?lares. ?ramos pocos y pari? la abuela.

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