Iv?n Garza Garc?a
Legalizaci?n de las drogas: entre mitos y realidades
Creada en el 2011 por un grupo de personalidades de Am?rica y Europa, entre las que destacan doce ex jefes de estado y un ex secretario general de la ONU, la Comisi?n Mundial sobre Pol?ticas de Drogas se ha impuesto la tarea de promover la adopci?n de pr?cticas para el control de las drogas ilegales, basadas en evidencia cient?fica, Derechos Humanos y seguridad p?blica. El objetivo perseguido por la organizaci?n de marras es romper paradigmas respecto a las consecuencias de la llamada guerra contra el narcotr?fico, frente a las pol?ticas de regulaci?n.
En d?as pasados fue presentado en nuestro pa?s el informe titulado ?Regulaci?n: el control responsable de las drogas?, mismo que fue elaborado por 25 expertos de los cinco continentes. Ah?, el ex mandatario mexicano Ernesto Zedillo lanz? al respetable una ?bomba? que ha dado (y dar?) mucho de que hablar. Quien fuera inquilino de Los Pinos entre los a?os 1994 y 2000, dijo ? palabras m?s, palabras menos – que durante su gesti?n cometi? un error al apostar por la prohibici?n de las drogas y no por su regulaci?n. ?Yo segu? una pol?tica equivocada?, reconoci? el tambi?n doctor en econom?a por la Universidad de Yale. De acuerdo a sus recientes afirmaciones, Zedillo considera que la represi?n del estado ha incrementado a?n m?s la problem?tica, al tiempo que ha generado terribles violaciones a los Derechos Humanos.
En esta parte del globo, hablar de la legalizaci?n de las drogas no es nada nuevo. Si bien, el tortuoso tema se discute un d?a s? y el otro tambi?n (al menos en las profundas reflexiones de caf?), el hecho de que un ex presidente asegure claramente que las pol?ticas proteccionistas basadas en la represi?n y criminalizaci?n han tenido resultados devastadores en los pa?ses en los que se han aplicado, da al traste con las acciones que hasta ahora han implementado las autoridades para combatir el mencionado flagelo y abre la posibilidad de un debate nacional sobre la posici?n que deber? asumir el pr?ximo gobierno mexicano respecto al control de las drogas.
En ese contexto, el ex presidente de Colombia, Cesar Augusto Gaviria, fue m?s all? y afirm? que el control legal de las drogas traer?a como consecuencia una efectiva disminuci?n de los ?ndices de violencia y corrupci?n. ?Si M?xico entra por el camino de la regulaci?n, primero va a tener mucha menos corrupci?n y, segundo, va a mejorar sus polic?as y su fuerza p?blica?, sentenci? el todav?a mandam?s del Partido Liberal colombiano.
Entre mitos y realidades respecto a la llevada y tra?da legalizaci?n, todo indica que las posturas habr?n de polarizarse. En una esquina, los que defienden a ultranza la lucha contra la producci?n, tr?fico y comercializaci?n de narc?ticos, mediante la criminalizaci?n; en la otra, quienes apuestan por el control a trav?s de la regulaci?n. Lo cierto es que el r?gimen internacional para la atenci?n de la problem?tica ha presentado severas transformaciones en los ?ltimos a?os. Cada vez son m?s los pa?ses, entidades y localidades que se han apartado de las conductas prohibitivas para poner en pr?ctica novedosos mecanismos de intervenci?n estatal; pero no todo es miel sobre hojuelas.
Aqu? en confianza, asegurar que la soluci?n a la violencia y la corrupci?n radica esencialmente en la legalizaci?n de las drogas, es una falacia (por decir lo menos). Sin embargo, resulta impostergable emprender un an?lisis responsable y serio respecto a las implicaciones del control de las drogas mediante su regulaci?n, sin perder de vista que estamos frente a un asunto de salud p?blica. El fen?meno debe abordarse en forma integral y no a trav?s de visiones parciales. Es innegable, el origen del problema planteado radica en el consumo; mientras no se destinen esfuerzos y recursos suficientes para prevenirlo y atenderlo adecuadamente, las acciones que se lleven a cabo conducir?n a magros resultados.
Con sus declaraciones, Zedillo le puso el cascabel al gato. Por su parte, quienes habr?n de gobernarnos han dado luces de disposici?n para la b?squeda de alternativas respecto al control de las drogas. Solo falta por ver si el se?or L?pez y sus huestes realmente le ?entran al toro? o prefieren enfrentar la disyuntiva con otra consulta. Al tiempo.