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Aquí en confianza

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Iván Garza García

 

Sembrando vidas; la navaja suiza del Gobierno Federal

 

 

A finales del pasado mes de marzo, el recién ungido mandamás en los feudos del Tío Sam lanzó una convocatoria a cuarenta líderes mundiales para sostener una cumbre virtual sobre el cambio climático. Según información de la Casa Blanca, al referido encuentro acudirán los dirigentes de los diecisiete países que son responsables del 80 por ciento de las emisiones globales, así como los de otras naciones que sufren por la exposición de gases de efecto invernadero y que han mostrado su voluntad para combatir este terrible mal.

 

La reunión tiene como claro objetivo que los países representados generen compromisos para reducir las emisiones de carbono; todo ello, bajo el cobijo del acuerdo de París sobre el cambio climático, mismo que fue abandonado por los Estados Unidos durante la era de Donald Trump y retomado por el actual mandatario de la nación de las barras y las estrellas.

 

Hasta ahí todo parecía ser miel sobre hojuelas y las resultas se antojaban positivas; sin embargo, aún faltaba la postura del Gobierno de México respecto a la mentada cumbre.

 

En un video difundido a través de la redes sociales oficiales, el Presidente de las y los mexicanos sostuvo que – ante los lideres de las naciones invitadas – propondría a su homologo norteamericano ampliar la cobertura del programa Sembrando Vida ¡a Centroamérica! No solo eso, el mandatario de la tierra del nopal y la serpiente pretende convencer a Joe Biden para que su gobierno destine los recursos necesarios para pagar la siembra de árboles en aquella región durante por lo menos tres años.  Como si faltara una cereza al pastel, el planteamiento incluirá que los beneficiarios obtengan en automático una visa temporal de trabajo ¡en los Estados Unidos! y que pasados otros tres años (si hay un buen comportamiento) adquieran el derecho de solicitar ¡la ciudadanía norteamericana!; lo anterior – según dijo – con el fin de regular el flujo migratorio (si ya llegó hasta aquí, imagine un emoji de asombro).

 

Si a usted, amable y única lectora, le parece algo descabellada la propuesta de quien dirige los destinos de esta patria, permítame precisar algunos datos sobre el programa social que pretende exportarse a El Salvador, Honduras y Guatemala a instancias y bajo el gentil patrocinio del vecino del norte.

 

Según cifras del Gobierno de la República, Sembrando Vida paga a casi 420 mil agricultores una suma de 4500 pesos al mes por plantar árboles frutales o maderables. El objetivo es reforestar un millón de hectáreas y cultivar mas de mil millones de plantas para finales del presente año. No obstante, la realidad es otra. De acuerdo con expertos en la materia, el mencionado plan no combate el cambio climático; por el contario, está provocando la mayor deforestación de los últimos veinte años en el suelo mexicano, ya que los propietarios  están derribando la selva húmeda, talando los bosques y quemando pastizales para sembrar los árboles que se les requiere y así acceder al pago correspondiente.

 

De acuerdo a un reciente estudio del World Resources Institute, Sembrando Vida ha deforestado casi 73 mil hectáreas en nuestro país. Por increíble que parezca, el mencionado instituto trabaja en alianza con la Secretaría del Bienestar precisamente para monitorear el impacto de este plan de apoyos, de ahí que sus afirmaciones cobran especial relevancia.

 

Además, según datos de la Secretaría de Hacienda, el programa de marras es uno de los cinco que registran un mayor subejercicio. Desde su creación, Sembrando Vida ha venido mostrando un retraso financiero de casi el 40  por ciento. Por si fuera poco, pese a que en 2019 el proyecto social únicamente alcanzó al 9.6  por ciento de la población objetivo, este año se le destinaron recursos por el orden los 29 mil millones; es decir, 13 por ciento más que el 2020. Para que nos demos una idea, la política pública para apoyar a los hijos e hijas de madres trabajadoras solo recibe poco más de 2600 millones de pesos del presupuesto.

 

Aquí en confianza, para el Gobierno de México Sembrando Vida es una verdadera navaja suiza; igual sirve para combatir la pobreza que para frenar eficazmente el cambio climático y regular el flujo migratorio de los hermanos centroamericanos hacia los Estados Unidos. Si el “programa bendito” (como lo llamó el Presidente López al anunciarlo como el plan de reforestación más importante del mundo) no funciona adecuadamente en el país que lo vio nacer, ¿por qué razón tendría éxito en el extranjero?, y lo más importante, ¿cuál será la reacción del güero Biden ante la inconsistente propuesta del tabasqueño? Seguramente pronto tendremos la respuesta; por lo pronto, de este lado del Río Bravo habrá de continuar la terrible deforestación alentada con apoyos sociales.

 

 

 

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