Iván Garza García
Expediente 2.0; el arribo a la modernidad
Aunque para entonces ya altamente fustigado, el ex primer mandatario mexicano Enrique Peña Nieto repetía con afinado tino rumbo al tercio final del mandato: “lo bueno casi no se cuenta, pero cuenta mucho”; esto, como parte de la publicidad relativa a su cuarto informe de gobierno.
Ciertamente, muchos y muy variados temas pueden abordarse en este intento de columna, pero pocos de ellos pudieran dejar a mi única lectora un buen sabor de boca; varios botones hay como muestra.
El principal inquilino de la Casa Blanca volvió a la escena pública luego de ser hospitalizado por COVID – 19; al hacerlo, el magnate profirió una declaración poco afortunada que significó un duro golpe a las familias de los 210 mil fallecidos y más de 7 millones de contagiados por coronavirus en las tierras del Tío Sam, mismos que tuvieron que conformarse con los servicios de un menguado sistema de salud y – ni por asomo – alcanzaron un tratamiento de 24 horas y terapias experimentales, como las que obtuvo su presidente.
En México, la Suprema Corte de Justicia de la Nación se colocó en el centro de la polémica al dar el aval constitucional a la consulta pública planteada por el titular del Ejecutivo para “llevar a juicio” a los ex presidentes. Atrás quedó el “concierto de inconstitucionalidades” al que se había hecho referencia en un proyecto supuestamente filtrado y con el voto de seis ministros, se abrió la puerta para que la aplicación de la ley pueda someterse al consenso de las mayorías.
Por su parte, el gobierno de la 4T prepara el terreno para echar mano de por lo menos 65 mil millones de pesos, una vez que se haya consolidado la extinción de 109 fideicomisos, los cuales como el FONDEN (por mencionar solo un ejemplo) no llegarán a cumplir el propósito para el cual fueron creados; y aunque se dice que los recursos se aplicarán en la compra de medicinas, habría que ver cuanto de ese dinero se destinará a programas sociales y obras emblemáticas como el Tren Maya, Dos Bocas o Santa Lucía.
Mientras todo esto ocurre, aquí en la patria chica otro gallo nos canta. El día de ayer, el Presidente del Tribunal Superior de Justicia de Coahuila presentó públicamente el llamado expediente virtual 2.0, mediante el cual los usuarios de los servicios de impartición de justicia podrán desde ya consultar en línea los casi 400 mil expedientes, de todas las materias y distritos, que ahora mismo se encuentran disponibles a través de un portal especializado.
El avanzado sistema viene a sumarse a otros mecanismos digitales ya puestos en práctica, como el buzón electrónico para la presentación de demandas y promociones y el sistema de citas, mismo que actualmente tiene más de 37 mil programadas.
Según lo afirmado por el también presidente del Consejo de la Judicatura, en el corto plazo será instalado en las salas de audiencia un modelo de oralidad de manufactura propia, el sistema de pago de servicios en línea y el módulo digital para la tramitación de oficios; así mismo, se prepara el lanzamiento de la app mujer segura y la digitalización del archivo judicial.
Salvo honrosas excepciones, nadie puede afirmar que la pandemia que enfrentamos diariamente nos haya caído como anillo al dedo; sin embargo, mientras en otras latitudes analizan la forma más segura para aperturar oficinas y reanudar la actividad jurisdiccional, acá el Poder Judicial supo aprovechar la sorpresiva coyuntura para iniciar el camino hacia su transformación.
“Dad al César lo que es del César …”, reza Mateo 22-21; a pocos meses de haber asumido la titularidad del Poder Judicial local, Miguel Mery Ayup ha mostrado extraordinarias hechuras en la búsqueda de una justicia abierta, transparente e innovadora; sus afanes le han valido el reconocimiento de propios y extraños, al tiempo que la coordinación con los otros poderes estatales ha sido fundamental para el avance sostenido de la institución.
Aquí en confianza, romper paradigmas nunca será una tarea sencilla. Desaprender lo aprendido, repensar las formas de impartir justicia y echar mano de las herramientas tecnológicas en contextos altamente tradicionalistas, es una labor que se antoja titánica, por decir lo menos; pero como escribió el cantautor jalisciense Alejandro Filio: “aunque largo sea el camino habrá que empezarlo a caminar”.
Al escritor francés Jean de la Bruyère, cuya segunda obra no vio la luz sino hasta después de su muerte ocurrida en el Palacio de Versalles en 1696, se le atribuye la frase: “Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilación; hacerla esperar es injusticia”. Ahí se los dejo para la reflexión.