
FACTOR
ESTADOS UNIDOS.- Anthony Davis dejó una marca inmediata en su debut con los Mavericks de Dallas, al demostrar su presencia desde el primer minuto del encuentro contra los Houston Rockets. Menos de cinco minutos después de iniciado el partido, Davis tomó un rebote de su propio tiro errado y anotó con determinación, gritando con entusiasmo: “¡Estoy aquí!” mientras señalaba a la multitud animada del American Airlines Center.
Sin embargo, el impacto de Davis se vio opacado cuando, a pesar de su gran desempeño, no pudo finalizar el juego debido a una lesión. El nuevo jugador de los Mavs, quien acumuló 26 puntos, 16 rebotes y siete asistencias, fue forzado a abandonar el partido en el tercer cuarto por rigidez cerca de su ingle y cuádriceps, lo que dejó a los aficionados con sentimientos encontrados.
Este incidente aumentó el enojo de los seguidores de Dallas, que siguen procesando el canje que envió a Luka Doncic, de 25 años e ícono de la franquicia, a los Lakers de Los Ángeles. La salida de Doncic ha dejado un vacío difícil de llenar, y la decisión de la gerencia de Dallas, encabezada por el gerente general Nico Harrison, fue recibida con una fuerte crítica por parte de los aficionados.
Críticas a la salida de Doncic
Los aficionados se sintieron conmocionados y traicionados al perder a un jugador que había sido el rostro de la franquicia, con expectativas de que su carrera en Dallas sería de largo plazo. La decisión de intercambiar a Doncic, quien había llevado al equipo a las Finales de la NBA solo ocho meses antes, por un jugador de 31 años con un historial de lesiones, no fue vista con buenos ojos. Muchos criticaron a Harrison, quien se enfrenta a una creciente presión por la salida de su estrella más grande.
Aunque Davis intentó calmar las aguas diciendo que no había motivo para preocuparse por su lesión, describiéndola como “no grave”, la tensión entre los seguidores de Dallas y la gerencia se mantuvo. “No se relajaban ni se soltaban”, explicó Davis en referencia a la rigidez de sus músculos, añadiendo que la distensión abdominal que lo había dejado fuera de los últimos dos partidos con los Lakers no era un problema mayor.
Reacción de los aficionados y protestas
El ambiente en el American Airlines Center estuvo cargado de emociones encontradas. Fuera del estadio, dos horas antes del partido, los aficionados, muchos vistiendo camisetas con el número 77 de Doncic, se reunieron en protesta por la salida del esloveno. Los carteles y cánticos, la mayoría dirigidos hacia Nico Harrison, reflejaban el dolor y la frustración de los seguidores de Dallas, que aún no pueden creer que su joven estrella ya no esté en el equipo.
“Va a tomar tiempo”, dijo Davis en relación con el proceso de aceptación de la salida de Doncic. “Todavía es reciente, como un divorcio, de ambos lados. No se va a resolver en un día”.
Dentro del estadio, el ambiente era tenso, y la segunda protesta de la semana se hizo sentir en las gradas. A pesar de todo, algunos fans lograron entrar al partido, donde Davis ofreció un rendimiento impresionante. El pívot de los Mavs, Daniel Gafford, también comentó sobre el impacto visual de los carteles en las gradas. “Ver muchos 77 en las gradas, realmente impacta”, dijo. “Como siempre decimos, es un negocio. Tenemos que acostumbrarnos”.
Los manifestantes recibieron apoyo de una camioneta que llevaba un letrero electrónico que decía “Traidor Interno” con una foto de Harrison, además de una camioneta con un cartel que decía en letras mayúsculas: “Despidan a Nico. Vendan el equipo”.
El futuro de los Mavericks se encuentra ahora en una etapa incierta, marcada por la salida de su estrella y la llegada de Davis, quien tendrá que lidiar con las altas expectativas de los aficionados mientras sufre una nueva lesión que pone en duda su rendimiento.