Rebasado de manera por demás evidente en el manejo de las crisis sanitaria y económica causadas por la pandemia del coronavirus, el cada vez menos creíble subsecretario Hugo López-Gatell, responsable de la política de contención y erradicación del covid-19 a nivel federal, parece haber encontrado ya en los gobiernos estatales y municipales a los responsables de su personal fracaso en el cumplimiento de la tarea que le fue confiada.
Tras un sinnúmero de yerros, afirmaciones sin sustento y predicciones fallidas; acostumbrado a corregir o (intentar) ignorar sus propias afirmaciones, efectivamente, el subsecretario reconoció apenas el viernes que si bien existe un rebrote de casos, ello, deslizó entonces, es responsabilidad de autoridades estatales que avanzaron por la ruta del desconfinamiento en forma prematura o, peor, sin tener a la mano ni la información ni las medidas a cumplir por la ciudadanía para evitarlo.
Más que aceptar eventuales errores en la definición e implementación de la estrategia a su cargo, pues, el así llamado (por sus afines) “secretario (de Salud) en funciones”, optó por buscar a quién echarle la culpa por el fracaso de la misma pretendiendo ignorar no sólo la falta de apoyo económico y logístico de la autoridad federal a los gobiernos estatales o municipales, sino también, como refieren ahora sus críticos, que es él quien, por supuestas razones de austeridad (republicana), se ha negado a aceptar la opción de elevar el número de pruebas a la ciudadanía y desestimó el uso de cubrebocas como alternativas de previsión o a avanzar en la detección activa de contagios al tiempo que, como vía Twitter exhibió ayer su exjefe Felipe Calderón, avala prácticas y conductas criticables por parte de funcionarios (superiores), como el referido no uso de tapabocas o la realización de giras en medio de la crisis.
Al margen de polémicas sin fundamento que, huelga insistir, no hacen más que abonar a la crispación y polarización social, pronunciamientos como el que nos ocupa no aportan a la solución de un problema, la crisis sanitaria y económica producto de la pandemia, que mantiene una tendencia claramente ascendente. Por momentos, al menos, se muestra incontrolable.
Vale destacar que antes de los pronunciamientos del impresentable, el director ejecutivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para emergencias sanitarias, Mike Ryan, había externado su convicción de que un buen número de países, México entre ellos, habían iniciado el proceso de apertura, a pesar de tener un alto número de contagios, al tiempo que el representante de la Organización Panamericana de Salud (OPS), Cristián Morales, había llamado la atención sobre la situación extremadamente compleja que se vive a nivel país.
¿No sería eso lo que motivó su reparto de culpas? Es pregunta…
ASTERISCOS
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Ayer, por cierto, los gobernadores de extracción panista, integrantes del llamado GOAN, se reunieron en Querétaro para elegir como su nuevo líder a Francisco Pancho Domínguez y, además de avanzar en su propuesta de “nuevo federalismo”, dar forma a una respuesta conjunta a lo señalado líneas arriba. No será una respuesta cordial, nos dicen…
Veámonos aquí mañana, con otro asunto De naturaleza política.