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ATENAS, GRECIA.- El AEK de Atenas, comandado por el técnico argentino Matías Almeyda y con la participación del mexicano Orbelín Pineda, sufrió una nueva caída en la Superliga griega, al perder por 1-2 ante su eterno rival, el Panathinaikos. Esta derrota, que marca su cuarta consecutiva en el torneo, hace crecer los rumores sobre una posible salida de Almeyda de la dirección técnica, especialmente cuando el equipo no logra recuperar su mejor nivel y se aleja de los primeros puestos en la tabla.
El AEK, que comenzó la temporada con grandes expectativas, se encuentra en una situación crítica al llegar a la recta final de la liga, buscando recuperar el segundo lugar de la clasificación general. Sin embargo, para lograrlo, necesitaban una victoria urgente, combinada con otros resultados favorables, lo que les permitiera aferrarse a la posibilidad de un lugar en competiciones europeas.
Desde el inicio del encuentro, el AEK mostró disposición para pelear el partido, aunque sabían que enfrentarse al Panathinaikos no sería tarea fácil. A pesar de las dificultades, los jugadores de Almeyda comenzaron a mostrar algo de buen fútbol en los primeros minutos, y al minuto 44, lograron ponerse adelante en el marcador. Fue Orbelín Pineda quien inició la jugada desde medio campo, abriendo los espacios y cediendo el balón a Koita. El delantero africano envió un centro al área, donde el argentino Erik Lamela, con un toque preciso, empujó el balón casi en la línea de gol, marcando el primer tanto del encuentro.
Con este gol, el AEK se fue al descanso con la esperanza de que podían mantener el ritmo y obtener los tres puntos que tanto necesitaban para mantener sus aspiraciones de terminar en los primeros lugares de la liga griega. La primera parte terminó 1-0 a favor del equipo local, y la afición del AEK mantenía la ilusión de que este resultado podía marcar un punto de inflexión en su temporada.
Sin embargo, la segunda mitad comenzó con un golpe a las aspiraciones del AEK. A los 51 minutos, el Panathinaikos logró igualar el marcador cuando la pelota llegó a los pies de Azzedine Ounahi, quien, con un potente disparo desde fuera del área, venció al arquero del AEK y puso el 1-1. La respuesta del AEK fue inmediata, pero la tensión aumentó rápidamente en el campo.
El empate desató una serie de incidentes y un conato de bronca entre los jugadores, lo que resultó en varios empujones y amonestaciones. Sin embargo, el clima tenso no terminó ahí. Un minuto después, el Panathinaikos se adelantó en el marcador tras un penalti que el árbitro señaló a favor de los visitantes. El delantero Pierrot, al intentar recuperar la pelota, cometió una falta sobre Vagiannidis, quien cayó en el área. El árbitro no dudó en señalar el penalti, y el polaco Karol Świderski fue el encargado de ejecutar el disparo. Świderski cobró con precisión, y el Panathinaikos se puso 2-1 arriba, con apenas unos minutos por jugarse.
Ante la desventaja, Almeyda realizó cambios para intentar revertir la situación. Uno de los cambios fue la salida de Orbelín Pineda, quien fue sustituido al minuto 62, sin poder evitar que el AEK cayera ante su eterno rival. La sustitución de Pineda, quien no logró tener un impacto decisivo en el encuentro, reflejó la difícil situación por la que atraviesa el equipo.
Con esta derrota, el AEK se aleja aún más de los puestos de clasificación a competiciones europeas. Con 53 puntos sumados en la temporada, el equipo se mantiene en el cuarto lugar de la clasificación general, fuera de la zona de clasificación directa a la UEFA Europa League. El futuro de Matías Almeyda al mando del equipo se ve incierto, y ahora el AEK de Atenas deberá luchar por terminar la temporada de la manera más digna posible, en un torneo donde han dejado escapar varias oportunidades para volver a la cima del fútbol griego.
