
El veterano mariscal de campo se reportó a su primer entrenamiento en Pittsburgh, donde usará el número 8
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CIUDAD DE MÉXICO.- La espera terminó. Aaron Rodgers, uno de los mariscales más icónicos de la NFL, vivió su primer día de entrenamiento como jugador de los Pittsburgh Steelers, equipo con el que firmó la semana pasada y al que llega con la esperanza de extender su legado.
Rodgers, de 41 años, lució el número 8 durante la práctica, dejando atrás el mítico 12 que usó en Green Bay y que, en Pittsburgh, nadie porta desde el retiro de Terry Bradshaw. “Fue bueno estar aquí con los chicos. Sigo aprendiendo la ofensiva, pero es bueno ponerse los cleats y volver al campo”, comentó el quarterback en su primera rueda de prensa en su nueva casa.
Además del cambio de equipo, Rodgers confirmó otro detalle que generaba curiosidad: está casado desde hace un par de meses. “Sí, es un anillo de bodas”, dijo entre risas.
Rodgers reconoció que la adaptación no será inmediata, pero confía en familiarizarse pronto con el sistema ofensivo de Arthur Smith, coordinador ofensivo de los Steelers, quien comparte raíces con el esquema que Rodgers conocía en Green Bay. “Hay muchas similitudes con la ofensiva de Shanahan. Algunas palabras son distintas, otras formaciones nuevas, pero espero dominarlo en unas semanas. Todo es nuevo, me sentí como en el primer día de clases”, expresó.
El mariscal también explicó por qué eligió firmar con Pittsburgh. “Todo comienza con Mike Tomlin. He sido su fan durante años. Hay pocas franquicias tan icónicas como esta. Jugué 18 años en una (Green Bay) y esta es otra. Además, hay algo especial en esta región; muchos mariscales legendarios salieron de aquí. Pittsburgh siempre ha estado presente en mi carrera”.
Rodgers dijo sentirse bien físicamente y aseguró que esta etapa no responde a motivos de ego: “No necesito esto para el ego. Si las decisiones se toman por ego, a veces no llenan el alma. Esto lo hice por convicción. Me emociona estar aquí”.