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EL VIAJER VINTAGE

EL VIAJER VINTAGE

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-Así es Lalis, mamá. Nunca está conforme con nada, nada le parece y siempre me sale con que está dispuesta a aprender, pero no se da el tiempo.

-Ay, hijo, te lo dije. ¿Te acuerdas? Todavía andaban noviando cuando así nomás de primeras pestañeadas me di cuenta que esa muchachita no era para ti. Mírate Julito, te educamos como a un príncipe y terminaste yéndote con una plebeya.

-Me cansa que me reclame que usted siempre está metida en nuestra relación. Le digo, ¡¡es mi madre, Lalis!!, pero no entiende y siempre me dice cosas como, 《Tu mamá me llamó para que te cocine esto o lo otro, plánchale así las camisas, ah, y almidonadas. Cuidadito con que me lo enfermes con tus guisos de barrio pobre. No le tomes tantas fotos al bebé porque le robas el alma》cosas, cosas, cosas… Deje usted eso, mamá, matadota para el sexo. No tiene ni idea de lo que es. Haz esto, y lo hace, haz esto otro y lo hace. No tiene iniciativa, ingenio, no sé.

-Sabes que aquí tienes tu casa. Estás allá porque quieres. Aquí tienes todo, hasta sexo. Si un día te dije que siempre estaría para ti era porque así iba a ser. Tu padre nos abandonó y mira, el mundo no nos iba a comer. Como quiera le quité una buena pensión, tres casas, dos autos y terminamos quedándonos con las imprentas.

-Lo sé, mamá, pero Lalis es mi amor…

-No seas cursi, carajo, tu amor soy yo porque soy tu madre. El día que me muera sea como el río, agarre su curso y haga lo que quiera… ¿le he fallado? Usted fue el que me falló.

-La verdad, mamá, estoy aquí platicándole mis penas porque no tengo a nadie más a quién recurrir. Lalis es buena chica, pero desde que nació el bebé se la pasa amamantándolo y ¿yo qué? Soy hombre y necesito… usted ya sabe.

-¡¡Oh, ya salió el peine!! El niño está aquí porque…

-No me llame niño, casi cumplo los 17

-Para mi usted, aunque tenga 50 va a seguir siendo mi niño… y mi niño está aquí ahora, sentado junto a su mami porque ya le pesan sus cositas ahí abajo y quiere que alguien le ayude… y como su mami le dijo que siempre estaría para él, pues ella aquí está… pero no se me ponga colorado, desde que usted tenía diez años hemos aprendido juntos a redescubrirnos.

-Siento raro mamá.

-Ah, otra vez ese sentimiento de culpa…

– ¿Y dónde queda el Honra a tu padre y a tu madre?

-Julito, ¿me vas a sermonear? ¿No te gusta lo que te hago, lo que hacemos? Esa idea de tu padre de que fueras a catecismo casi te vuelve maricón. Además, si a esas vamos y te crees muy sabiondo, dime: ¿las hijas de Lot se acostaron con él porque lo vieron solito y no había hombres con quién copular. Abraham, el mismísimo Abraham, se unió a Sara, su media hermana… ¿pero por qué estamos hablando de esto?

-Está sudando mamá…

-Me encabrona que vengas con aires de sacerdote cuando lo que en realidad de trajo aquí fue esto, ¿no?

-No haga eso, mamá, saque la mano de ahí.

-Caray, hijo, qué rápido reaccionas, mira nomás. Sí que esa buena para nada te tiene olvidado… qué ¿no te gusta verme depilada?

-No traigo preservativos, lo siento.

-A mí no me importa.

-Acuérdese de lo que pasó…

– ¿Otra vez con eso?

-No me gusta que se provoque abortos, mamá.

-No siempre lo he hecho. Tu padre me dejó porque él sabía que mi embarazo no era por él. Pero me dejó con el niño ya nacido y yo no lo quería, por eso se lo llevó. Gracias a Dios no supo que esa criatura era su nieto. Así que tienes un hijo y un hermano viviendo… anda ven, acércate. A tu mujercita le hace falta mucha experiencia. Anda, deja que ella amamante a su bebé qué yo amamantaré al mío… así, hijo, así… su madre es suya y estará siempre para usted… y usted para mí, ¿cierto?

-Con calma, no se me apresure, esto es despacio.

-Es que Lalis no es como usted, mamá… ella es, no sé…

-Tranquilo, príncipe, no llore, no llore… ¡carajo, con esa idiota!

-Pero así la amo, mamá, así…

– ¿Sabes que, Julio? ¡Salte de mi cama!

-No, mamá, no se ponga así…

-Vístete, animal, vístete y lárgate con esa bruta.

-No le diga así…

-Vete, Julio, déjame sola. Igual a tu padre de idiota… ¡vístete, carajo, vergüenza das con eso así apuntando al techo! Búsquese la manera, el monte, algún callejón, cualquier puta, pero aquí ya no tienes dónde… y sí quiere atentar contra su vida por el dizque conciencia que lo persigue, pues ándele, ahora es cuándo.

-No me eche, mamá, no me cierre la puerta.

-Le cierro la puerta y las piernas, no más.

Hace un año visité a papá en Saltillo. La fiesta que le hizo a mi hijo/hermano fue temática de la Pantera Rosa. Qué cosas, el mismo personaje que mamá me había obligado a adoptar y que existía tanto en la decoración de mi habitación, como en mochilas y útiles escolares. A sus cinco años el niño se parece mucho a su hermana/tía, que es mi hija. Ni mi padre ni mi esposa saben que nuestra familia es un asqueroso atole diabólico.

Mamá siempre estuvo para mí, pero cuando me cerró la puerta y las piernas, yo le cerré igualmente mi corazón.

AUTOR: JUAN DE DIOS JASSO AREVALO

@derechosreservadosindautor

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