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WASHINGTON, D.C. – En un giro que emociona a los fanáticos de la NFL y a la ciudad capital de los Estados Unidos, los Washington Commanders han anunciado oficialmente la construcción de un nuevo estadio en el histórico sitio del RFK Stadium, que devolverá al equipo a la capital del país. El proyecto busca no solo rememorar los momentos más gloriosos del equipo, sino también traer una nueva era de éxitos y prosperidad económica para la región.
La alcaldesa de Washington D.C., Muriel Bowser, y el propietario principal de los Commanders, Josh Harris, presentaron el acuerdo que dará paso a la construcción de un estadio de vanguardia, completamente techado y con capacidad para 65,000 espectadores. El moderno complejo ocupará un terreno de 73 hectáreas en el mismo lugar donde el RFK Stadium estuvo en pie durante más de 30 años, hasta su cierre en 1997. Además de la nueva sede deportiva, el proyecto incluirá un vasto complejo de viviendas, parques, hoteles, restaurantes y una amplia gama de servicios que buscan revitalizar la zona y fortalecer la industria turística de la ciudad.
Un tributo a la historia: el legado del RFK Stadium
“El RFK Stadium es un símbolo en la historia de los Washington Commanders. Fue en este lugar donde nuestro equipo alcanzó la gloria, conquistando tres títulos de Super Bowl y creando recuerdos imborrables para generaciones de fanáticos. Con la construcción de este nuevo estadio de última tecnología, tenemos la oportunidad de honrar ese legado y dar a nuestros jugadores y aficionados un hogar moderno, digno de nuestra historia. El RFK fue el escenario donde dominamos la NFL, y ahora estamos decididos a recuperar esa magia para convertirlo nuevamente en el hogar temido por nuestros rivales y amado por nuestra gente”, comentó Josh Harris, propietario del equipo.
Inversión récord: los Commanders hacen historia con el mayor proyecto privado de D.C.
La inversión en este nuevo estadio será de hasta 2,700 millones de dólares, lo que lo convierte en el proyecto privado más grande en la historia de la capital de los Estados Unidos. Además, el gobierno local aportará 500 millones de dólares provenientes de la Tarifa de Instalaciones Deportivas, una medida diseñada para garantizar que el proyecto no impacte negativamente en el presupuesto activo de la ciudad.
“La emoción que siento al pensar en el regreso de los Commanders al RFK Stadium es indescriptible. Este estadio no solo será el escenario para partidos y eventos inolvidables de la NFL, sino que será un motor económico y un valioso activo para la comunidad de D.C. El regreso de este equipo a casa es un paso monumental para todos nosotros”, expresó Roger Goodell, comisionado de la NFL.
Impacto económico y social: un impulso para la ciudad
El nuevo estadio no solo promete ser un ícono deportivo, sino también un generador significativo de ingresos para la región. Se estima que el proyecto, con una vida útil de 30 años, podría generar hasta 15,600 millones de dólares en ganancias, beneficiando tanto al sector público como al privado. Además, se espera que la creación de nuevos espacios comerciales y residenciales revitalice zonas cercanas al estadio, promoviendo la creación de empleos y aumentando la actividad económica en D.C.
El regreso al hogar de los Commanders
Los Washington Commanders, que anteriormente fueron conocidos como los Washington Redskins, jugaron en el RFK Stadium entre 1961 y 1996, periodo durante el cual el equipo alcanzó grandes logros, incluyendo la obtención de tres títulos de Super Bowl (Super Bowls XVII, XXII y XXVI). En 1997, el equipo se trasladó a su nuevo estadio, el FedEx Field, en Landover, Maryland, donde jugó hasta 2024. Ahora, más de 20 años después, los Commanders regresan a su antigua casa, un movimiento que promete reavivar la pasión y el orgullo de los aficionados locales.
Este ambicioso proyecto representa no solo el retorno de los Commanders a D.C., sino también el renacimiento de una tradición deportiva que ha marcado a la ciudad y al país entero.
