
“Abrazamos con las familias su dolor”: Obispo Alfonso Miranda Guardiola
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – La parroquia de la Villa de Agujita fue el escenario de un emotivo encuentro entre el obispo de la diócesis de Piedras Negras, Alfonso Gerardo Miranda Guardiola, y las familias de los mineros que perdieron la vida en el pozo El Pinabete. En una misa especial, el obispo ofreció un mensaje de unidad, cercanía y esperanza para quienes aún viven el dolor de la tragedia.
Previo a la ceremonia religiosa, el obispo concedió una entrevista a los medios de comunicación, en la que expresó su compromiso con las familias afectadas y recordó que en otras ocasiones ha mantenido diálogos con los familiares de los mineros de Pasta de Conchos, quienes han atravesado por una situación similar. «La Iglesia, en primer lugar, habla a través de su presencia. Hemos querido acercarnos a ellos, expresarles nuestro abrazo, escuchar sus dolores y angustias, pero también motivar la esperanza y llevarles la palabra de Dios», señaló.
Durante la homilía, el obispo Miranda Guardiola destacó la importancia del acompañamiento en el duelo, señalando que el dolor de una pérdida no desaparece, pero puede ser compartido. «El sentimiento de la pérdida no cambia, y ante ello debemos estar presentes. El anhelo de querer estar con la persona que amamos no se puede borrar. Es un deseo profundo de cada uno de ellos, el de recuperar a sus seres queridos, de volverlos a ver», manifestó.
Asimismo, enfatizó que la labor de la Iglesia es abrazar el sufrimiento y estar al lado de quienes enfrentan el dolor. «El dolor podrá tener muchas demandas y muchas exigencias, pero en primer lugar, el dolor tiene que acompañarse y abrazarse. Las lágrimas no se eliminan, se enjugan, y es necesario llorar con las personas. Nosotros venimos a hablarles del único que puede dar sentido a la vida, incluso cuando parece que se ha desvanecido: Dios nuestro Señor. Que en medio del desconsuelo y la desesperanza, sientan su presencia real en sus corazones y en sus familias», expresó el obispo.
El encuentro en Agujita fue un acto de fe y solidaridad, en el que las familias de los mineros encontraron un espacio para compartir su dolor y recibir un mensaje de esperanza y fortaleza. La Iglesia reiteró su compromiso de seguir acompañándolos en este difícil proceso, recordándoles que no están solos y que la fe es un refugio en medio de la adversidad.
