
Al son del mariachi: en la alegría y en dolor; en bienvenidas y despedidas
Por Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coah. – Su música resuena, su esencia nos envuelve, y su legado nos acompaña desde las celebraciones más alegres hasta los momentos más solemnes. Hablar de mariachi es hablar de México, de sus raíces, de su folclor y su historia. ¿Quién no ha tarareado «El Son de la Negra», «Cielito Lindo» o sentido el alma estremecerse con «Gema» o «México lindo y querido»? Tanto es su impacto, que la UNESCO lo reconoció como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, un símbolo que, generación tras generación, sigue reforzando nuestra identidad cultural. El profesor Ramiro Flores Morales, cronista municipal, reconoce en ellos su valía e identidad que se ha heredado de generación en generación.
El mariachi es mucho más que música: es tradición, pasión, y parte inseparable de las vivencias de los mexicanos, tanto dentro como fuera del país. Este 21 de enero, día dedicado a celebrar a estos exponentes de la alegría mexicana, es un momento ideal para reflexionar sobre su importancia y la forma en que su arte acompaña nuestras vidas.
En la Región Carbonífera, particularmente en Sabinas, existen ocho agrupaciones que mantienen viva esta tradición: “Los Camperos”, “Chapala”, “Gala de Oro”, “La Voz de México”, “Tapatío”, “Sol”, “Sangre Nueva” y “Viva México Nueva Generación”. Cada una de ellas aporta su estilo único, recorriendo no solo esta zona, sino también los Cinco Manantiales y el norte del estado, llevando con orgullo el sonido del mariachi a quienes lo solicitan.
El mariachi es sinónimo de celebración. Desde serenatas románticas que enamoran corazones hasta homenajes que honran a las madres, padres o abuelos, su música pone el ambiente en bodas, cumpleaños y todo tipo de eventos sociales. Pero su legado no se detiene ahí. También son los guardianes de nuestras despedidas más emotivas, al pie de la tumba, cuando los acordes de canciones como «Te vas ángel mío» o «El puño de tierra» llenan el aire de nostalgia, ayudándonos a decir adiós con el corazón en la mano.
El mariachi, tal y como lo conocemos, es el resultado de un mestizaje cultural fascinante. Nacido en Cocula, Jalisco, su origen está impregnado de influencias indígenas, europeas y africanas, convirtiéndolo en un género único que solo pudo surgir en México. Aunque ha evolucionado con el tiempo, su esencia permanece intacta, convirtiéndose en el género musical más representativo de nuestra nación. “La gente le cumple a sus seres queridos su petición de ser despedidos con música de mariachi, aunque tengan que hacer alguna colecta al momento”.
Conformados generalmente por al menos tres integrantes, los mariachis combinan guitarras, guitarrones, vihuelas, trompetas y violines, aunque en algunas regiones también incorporan flautas, arpas o incluso acordeones. Su versatilidad les permite interpretar desde canciones llenas de júbilo hasta melodías que nos tocan el alma, haciéndonos vibrar y recordándonos quiénes somos. Este 21 de enero, recordemos que el mariachi no solo es música; es una expresión viva de nuestras raíces, una conexión entre el pasado y el presente. Es el eco de una tierra que vibra con sus tradiciones y que, con orgullo, sigue compartiendo su herencia cultural con el mundo.
En Sabinas, los mariachis no solo son artistas; son embajadores de la alegría, la nostalgia y el orgullo mexicano. A ellos, que acompañan nuestra vida con su música, les decimos: ¡Gracias por hacer de cada nota un recordatorio de lo que significa ser mexicano!
