
El legado de la risa: 40 años del payaso Botanita
Por: Cristina Flores Cepeda
San Juan de Sabinas, Coahuila. – En el corazón de Nueva Rosita, Coahuila, nació en 1967 un niño lleno de energía, ocurrencias y sueños que cambiarían su vida y la de quienes lo rodean. Su nombre es Pedro Báez Vallejo, hijo mayor de doña Arabela Vallejo y don Pedro Báez Arce, el primero de seis hermanos. Desde pequeño, Pedro mostró una personalidad inquieta y alegre, destacando en la escuela Ocampo y la Moreira, donde sus maestros y compañeros recordaban su carácter travieso y ocurrente. Sin embargo, fue en el hogar de sus segundos padres, sus abuelos, don Enrique Vallejo y doña Tomasa Rivera, en la calle Tacuba número 152, donde comenzó la historia de uno de los personajes más queridos de la región: el Payaso Botanita.
A los 16 años, con el apoyo de sus abuelos, Pedro incursionó en el mundo de la música, uniéndose a diversos grupos de la región. Durante este tiempo descubrió que su verdadero don no era solo interpretar canciones, sino provocar risas. Fue el señor Juan Valle quien le otorgó el nombre de «Botanita», en referencia a su carácter divertido y chispeante. A los 21 años, dio sus primeros pasos en el mundo de los payasos, animando fiestas infantiles y eventos locales, dejando una huella imborrable con su carisma y ocurrencias.
Ese mismo año, Pedro conoció al amor de su vida, Laura Isabel Valdés Solís. Juntos formaron una familia con tres hijos: Pedro Antonio, Jesús Ángel y Laura. Su familia se convirtió en su principal motor, y con esfuerzo y dedicación, Pedro logró consolidarse como el payaso más popular de Coahuila, extendiendo su fama a Texas y Nuevo León durante la década de los 90. El Payaso Botanita no solo animaba fiestas infantiles; su talento lo llevó a colaborar con artistas reconocidos como Cepillín, Carlos Espejel, Chabelo, el Payaso Globito, Edgar Vivar y muchos más. Participó en eventos masivos organizados por empresas como Coca-Cola, Lala y Minera Carbonífera, dejando su marca en cada presentación. Su capacidad de conectar con el público lo convirtió en un ícono de la alegría en el norte de México.
En 1997, su hijo mayor, Pedro Antonio, conocido como «Piter», se unió a él en el escenario. Juntos formaron la pareja de payasos «Botanita y Piter», ganándose el cariño de nuevas generaciones con su energía, creatividad y espectáculo inigualable. Su música, con temas como El pollito, La banda dominguera y Mamita, yo no quiero un hermanito, se convirtió en un sello distintivo, agregando un toque único a su show.
Este 2024 marca el 40 aniversario de una carrera ininterrumpida dedicada a hacer reír y alegrar corazones. Botanita no solo es un payaso, es un símbolo de esfuerzo, pasión y amor por su familia y su público. Cada risa provocada, cada aplauso recibido y cada niño feliz son testimonio de su impacto en la vida de miles de personas. Pedro Báez Vallejo, el Payaso Botanita, celebra no solo una trayectoria artística, sino un legado de felicidad que ha trascendido generaciones. En sus palabras: «La risa es el idioma universal que nos une a todos, y mientras haya risas, seguiré aquí, siendo Botanita.»
Hoy, el payaso de Nueva Rosita nos recuerda que la verdadera magia está en el corazón de quienes se atreven a soñar y compartir su alegría con el mundo, sin detenerse porque el límite para todos es el infinito. ¡Felicidades, Payaso Botanita, por 40 años de sonrisas inolvidables!
