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Un país que cuida a sus mayores respeta su historia y construye un futuro más justo

Un país que cuida a sus mayores respeta su historia y construye un futuro más justo

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-El valor de nuestros mayores: Un homenaje en el Día del Adulto Mayor

Por: Cristina Flores Cepeda          

Sabinas, Coahuila.-. El Día del Adulto Mayor, también conocido como el Día del Abuelo, es una fecha para honrar a quienes han sido pilares fundamentales en nuestras familias y comunidades. Sin embargo, más allá de las celebraciones, es necesario reflexionar sobre las realidades que enfrentan muchos de nuestros mayores, quienes, lejos de disfrutar de una jubilación tranquila, se ven obligados a continuar siendo parte activa de la sociedad por diversas circunstancias.

En México, la pensión del bienestar, un programa gubernamental ha sido un salvavidas para muchos adultos mayores, es accesible solo para aquellos que han alcanzado los 65 años. Este ingreso, aunque valioso, muchas veces no es suficiente para cubrir todas las necesidades de una persona mayor, sobre todo cuando se enfrenta a los gastos derivados de las enfermedades que suelen acompañar al envejecimiento, como la hipertensión, la diabetes o problemas articulares.

A pesar de estas limitaciones, nuestros adultos mayores a menudo asumen un rol central en el cuidado de los nietos, especialmente en contextos donde los padres deben trabajar largas jornadas o migrar en busca de mejores oportunidades. Estos abuelos, con su sabiduría y amor incondicional, se convierten en el sostén emocional y, muchas veces, también en el económico de la familia. No es raro encontrar casos en los que la pensión del abuelo es la única fuente de ingreso estable en el hogar, lo que los obliga a estirar cada peso y a buscar formas creativas de sobrevivir en un entorno que, en ocasiones, puede ser hostil para ellos.

El envejecimiento debería ser una etapa de descanso, un tiempo para cosechar los frutos de una vida de trabajo y sacrificio. Sin embargo, para muchos, la realidad es otra. No solo enfrentan la soledad y el abandono, sino también la presión de seguir siendo útiles, a pesar de las limitaciones físicas y emocionales que conlleva el paso de los años. Es importante reconocer que el trabajo de cuidado que realizan, aunque no remunerado, tiene un valor incalculable para la sociedad.

En este día, es fundamental que, como sociedad, nos detengamos a pensar en cómo estamos cuidando a quienes nos cuidaron. La pensión del bienestar es un paso en la dirección correcta, pero no debería ser el único. Debemos abogar por políticas públicas que aseguren una vejez digna para todos, que incluyan acceso a servicios de salud de calidad, apoyo psicológico, y espacios recreativos donde puedan disfrutar de sus años dorados. Además, es imperativo que reconozcamos y valoremos el trabajo silencioso y muchas veces invisible que realizan los abuelos como cuidadores. Ellos merecen respeto y gratitud y apoyo activo para que puedan vivir sus últimos años con la seguridad y el bienestar que se han ganado con creces.

Hoy, en el Día del Adulto Mayor, recordemos que detrás de cada abuelo hay una historia de vida rica en experiencias y sabiduría. Cada arruga, cada cana, es un testimonio de la resiliencia y fortaleza que han demostrado a lo largo de los años. Y es nuestro deber, como sociedad, asegurarnos de que esas vidas sean honradas y cuidadas, no solo con palabras, sino con acciones concretas que garanticen su bienestar integral. Porque un país que cuida a sus mayores es un país que respeta su historia y construye un futuro más justo para todos.

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