
«Dad de comer al que tiene hambre»: Dos años de solidaridad en la Parroquia de San Francisco de Asís
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – En un mundo donde la indiferencia a menudo parece dominar, la parroquia de San Francisco de Asís se ha mantenido firme en su compromiso de extender la mano a aquellos que más lo necesitan. Con el lema «Dad de comer al que tiene hambre», el comedor de esta parroquia celebró su segundo aniversario el pasado 21 de febrero, marcando un hito importante en su labor humanitaria, según informó el párroco Mariano Carrillo Alva.
Desde sus modestos inicios, este comedor se ha convertido en una esperanza para cientos de personas cada semana. Carrillo Alva destacó que el comedor ofrece almuerzos nutritivos, proporcionando entre 94 mil o 95 mil dotaciones al año, tanto a aquellos que acuden al comedor como a aquellos hermanos y hermanas que, debido a sus circunstancias, reciben el alimento en sus propios hogares. Cada semana, alrededor de 1200 platillos son servidos con amor y dedicación, en un horario que abarca desde las 9 de la mañana hasta el mediodía, asegurando que nadie se vaya con el estómago vacío. Es importante destacar que estos platillos no son simplemente una fuente de nutrición, sino que también están cuidadosamente diseñados para proporcionar una dieta equilibrada, reconociendo así la importancia de la salud en la lucha contra la pobreza y el hambre.
Pero la labor de este comedor va más allá de simplemente alimentar cuerpos hambrientos. Carrillo Alva agregó con orgullo que, gracias a la existencia del comedor, pudieron brindar ayuda vital a los migrantes, llegando incluso a funcionar como albergue durante varios meses. Hace apenas una semana que se fueron los últimos migrantes que se encontraban en la casa parroquial, dejando atrás un legado de solidaridad y apoyo mutuo.
El sostenimiento continuo de esta noble empresa es posible gracias a la generosidad inquebrantable de la comunidad. Tanto con donaciones en efectivo como en especie, así como con el invaluable regalo de mano de obra, la gente se une para asegurar que este comedor siga siendo un faro de esperanza en tiempos de necesidad. Desde aquellos que cocinan con pasión hasta aquellos que distribuyen la comida con una sonrisa, cada persona involucrada en esta labor es considerada un héroe de la compasión, encarnando así una de las obras de misericordia más fundamentales: alimentar a los hambrientos.
En un mundo donde las noticias a menudo están dominadas por tragedias y desastres, la historia del comedor de la Parroquia de San Francisco de Asís nos recuerda que, incluso en los momentos más oscuros, la luz de la solidaridad y la bondad humana nunca se apaga por completo. En su segundo aniversario, celebramos no solo los logros del pasado, sino también renovamos nuestro compromiso de seguir adelante, juntos, en la lucha contra el hambre y la injusticia. Porque en cada plato de comida servido con amor, encontramos la promesa de un mundo más justo y compasivo para todos.