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Roberto San Martín

Roberto San Martín

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Con la música en la sangre y las musas en el alma

Por: Cristina Flores Cepeda

Sabinas, Coahuila.- Con mucha historia en su haber y un intenso brillo en su mirada Roberto de la Cruz de León, o Roberto San Martín que es su nombre artístico, compositor sabinense destaca su amor por la música y la composición tarea que no ha sido fácil pero que él abraza con singular pasión; recuerda sus inicios cuando se lanzó a buscar fortuna luego de picar piedra en su tierra natal, estuvo siete años en el Distrito Federal luego dos en San Antonio, Texas, tres en Monterrey, vivió en Escobedo, Nuevo León pero fue después de 13 años que lo empezó a grabar el primer grupo como Cardenales, Liberación, Rey del Camino Arnulfo Rey As, Paco Barrón, Invasores, Pesado, Bobby Pulido, Tigrillos, infinidad de grupos más.

Recordó entró sus composiciones a Polo Urías con “Qué no daría” y Sonido Mazter que le grabó “Cómo es posible” y “Seguir siendo igual”; Paco Barrón todos los éxitos, entre otros “Más allá de la gloria”, “Lo que más me duele”, “Mil rosas en el cielo”, pero, a veces hay gente que por nombre no las identifica hasta que las escucha, “hasta con mis hermanas sucede que me preguntan si tal o cual canción es mía”.

Refiere que reza un dicho que nadie es profeta en su tierra y “así me siento, es la verdad, tan así que hacen fiesta del compositor y a quien no invitan es a mí; no sé quién lo organiza pero sé que ya tienen algunos años que se reúnen, pero eso no me detiene, yo no dependo de un lugar, mis canciones se han escuchado internacionalmente hasta en Viña del Mar, una satisfacción que llevo arraigada en el alma. Como dicen, los aplausos, esos que nutren a los artistas”.

Como compositor dice que es muy amigo de Martín Urieta, “me gusta como escribe porque hace canciones para vivir y no para comer y canciones como las de él merecen mis respetos. Admiro a Espinoza Paz, Horacio Palencia y, mientras no reconozcamos el talento de los demás, no vamos a ser nadie; porque la soberbia es el principio de la caída y yo los admiro a ellos; cuando me fui a México admiraba a Fato que ya tenía un nombre por allá en 1985, hay que valorar a los demás, para poder avanzar uno”.

Nunca ha contabilizado sus canciones, dice no saber cuántas tiene porque no son solo aquellas que han interpretado los diferentes grupos musicales y artistas, sino otras más que no se han escuchado. “Me ha pasado que me han grabado grupos y ando investigando y, no es vanidad ni jactancia pero hay grupos que me llamaban y me preguntaban si era Roberto San Martín para avisarme que iban a grabar una canción y de pronto no me acordaba por el nombre, porque componía tanto que escribía y guardaba y guardaba. Tengo entre 60 y o 70 canciones que las dejé empezadas, es decir cuento con la letra completa pero no la melodía o viceversa”. Consideró que supera las 200 canciones, pero “no quisiera tener tantas, nada más una pero que sean éxitos internacionales”.

No hay un momento específico para que le lleguen las musas inspiradoras, puede ir en un camión o escuchar alguna frase que le gusta. Ver algunos ojos bonitos, “una persona que te gusta, equis, de ahí sale la inspiración. Yo soy de los que agarra la guitarra y de ahí me nace todo y así ha sido siempre, desde niño pues llegó a cantar en la escuela Eduardo E. Parish, luego en la secundaria Venustiano Carranza que lo llevó al mote de “El Pirul” porque el cantante de moda era “El Pirulí”. En la Feriexpo de Sabinas ganó el concurso “El Sabino de Oro”.

Es cantautor. Mucho tiempo cantó aquí en México por allá en los 80s, pero después se fue a México; “me empezó a grabar un grupo y luego ya no quise cantar porque me desvelaba mucho, además me dieron a ganar mis canciones y ya no me desvelaba sino que viajaba y viajaba. La composición da para vivir o más pero cuando no te sabes administrar como yo, llega un momento en que tocas piso y vuelves a levantarte y vuelves a tocar el piso y así hasta que la vida te da tumbos ya sea con enfermedad, etcétera. Dios sabe a qué nos dedicamos”.

“Tengo años que no ando en el medio artístico como antes pero, tengo la esperanza de volver; siento que me acobardé cuando empezó la piratería, como que se me cerró el mundo porque yo era gastador impulsivo pero igual me tocó cantar en los peseros, en los camiones. Llegué a conocer promotores y me invitaban a comer y yo les decía que no quería que me invitaran a comer quería que me grabaran una canción y durante muchos años me tiraron a león hasta que llegué a Monterrey y, un día, platicando con Mario Franco él me dijo que no me rindiera, andaba yo de perra flaca y él me decía: por qué no das tus canciones para que te las graben, ya olvídate que tus las grabes porque yo trabajé para PolyGram, una compañía internacional para la cual grabé dos discos. Me hizo una producción Eusebio Cortez El Chivo, el de los Bukis, pero cuando Dios ya ha destinado algo para ti hay que aceptarlo”.

Se fue a Monterrey, le empezaron a grabar los grupos “gané dinero y me chiflé; ya no canté pero soy cantautor. Dado como está la situación yo quiero retomar la composición y la música. Lo bueno no soy ningún improvisado; sé lo que se batalla, lo que se sufre y quiero hacerlo porque dice un dicho que mientras hay vida hay esperanza y quiero hacerlo por mi hija que la amo, que la quiero, que la adoro a mi hija Melina. Quiero hacer las cosas y por mí también”. Así finaliza un hombre talento, un hombre lleno de pasión por la música, por las musas inspiradoras. Roberto San Martín.

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