LOS MUERTOS SE VAN CUANDO LOS SEPULTA EL OLVIDO
Esta frase es muy certera, ya que el olvido es lo que realmente deja para siempre a familiares y amigos.
Hacer un altar para un muerto es recordarlo y hacer que los que lo o la conocieron, revivan su memoria, esta celebración se convierte en un memorial, pues alrededor de su tumba, recordamos historias vivencias, bromas y cuántas cosas de su vida.
Esas son nuestras tradiciones, ese día se convierte en una verdadera feria donde los muertos descansan y los vivos ganan, pues la gran cantidad de vendedores de flores y sabores se agolpan a las afueras, pero esta vez, ya no se vieron los vendedores de cañas de azúcar, solo uno encontré y las otrora flores de Mano de León, aterciopeladas y con ese olor a tierra fresca ya se vieron solo dos, la del cempasúchil abundó, más ya no es cultivada por nosotros en nuestras casas, como se acostumbraba.
Ahora el otro día de muertos será el día 1 de diciembre, ese día no habrá flores ni festejos, será cuando a unos se les acabará el hueso político, en las dependencias, ellos quedarán en el olvido, y a esos muertos solo en el café mañanero se les recordará.
Desempleados solo algunos, empero re-empleados serán algunos diputados, mismos que seguirán siendo adornos en el Congreso.
Algunos, ni a su distrito defienden, verdaderas rémoras del presupuesto.
