55 años de la tragedia en la mina Guadalupe de Barroterán
-Un recuerdo que perdura en el alma de la Región Carbonífera
Por: Cristina Flores Cepeda
Sabinas, Coahuila. – Este domingo 31 de marzo marca el doloroso aniversario de la gran tragedia minera que enlutó a la Región Carbonífera hace 55 años. Esta lamentable fecha conmemora la pérdida de 153 valientes mineros en las entrañas de las minas de Guadalupe en Barroterán, ubicadas en el municipio de Múzquiz. Para la familia minera a nivel nacional, este día es un recordatorio sombrío de la peligrosa labor que desempeñan día a día estos hombres que han sucumbido al sacar de las entrañadas de la tierra el milenario carbón.
El profesor Ramiro Flores Morales, cronista municipal y coordinador Regional de Cultura, nos recuerda la tristeza que envolvió a la comunidad en aquel entonces, cuando el «vaho del diablo», conocido como grisú, se cobró la vida de tantos trabajadores del carbón. Este gas, producto de la descomposición orgánica, se convierte en una amenaza letal en el entorno minero, donde una chispa puede desencadenar una tragedia de proporciones inimaginables.
La tragedia de Barroterán dejó una marca indeleble en la memoria colectiva. En aquellos días, se tejieron mitos y leyendas en torno a la lucha de los rescatistas por salvar vidas. “El relato del profesor Zambrano en la estación de radio XEBX, sobre la necesidad de cebollas para protegerse del grisú aún resuena en nuestros oídos como un triste testimonio de la desesperación y la valentía de aquellos que arriesgan todo por sus compañeros”, dijo el entrevistado.
Las palabras del comandante Lemuel, plasmadas en su bitácora con dolorosa precisión, nos recuerdan la crudeza de la tragedia y la magnitud del sacrificio humano. Desde entonces, otras tragedias como Pasta de Conchos han sacudido nuestra región, recordándonos que mientras se explote el carbón, el grisú acecha en las profundidades de la tierra, esperando su próxima víctima.
Hoy, en este aniversario sombrío, honramos la memoria de los 153 mineros que perdieron la vida en la mina Guadalupe de Barroterán. Extendemos nuestro más sentido pésame a sus familias, cuyas vidas quedaron marcadas para siempre por esta tragedia. Que su sacrificio no sea en vano, que su recuerdo nos inspire a luchar por condiciones laborales más seguras y justas para todos los trabajadores del carbón. En medio del dolor y la tristeza, encontramos fuerza en la solidaridad y el apoyo mutuo. Recordamos a nuestros héroes caídos con profundo respeto y gratitud, sabiendo que su legado perdurará en nuestra lucha por un futuro más seguro y próspero para nuestra querida Región Carbonífera.
