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De pol?tica y cosas peores

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Por: Armando Fuentes

 

CIUDAD DE M?XICO .- «?Eres virgen?». Esa pregunta le hizo Simpliciano a Pirulina al empezar la noche de sus bodas. «?Ay, Simpli! -respondi? la flamante novia-. Ya pas? la Navidad ?y todav?a quieres poner un nacimiento?». La crisis econ?mica se muestra en todos los ramos de la actividad. En el lobby bar del hotel cierto viajero conoci? a una dama de la noche. Despu?s de una copa -o dos, o tres- ella le ofreci? discretamente sus servicios. Dijo que gustosamente lo acompa?ar?a a su cuarto, a condici?n de que no estuviera en el piso 13, pues ese n?mero era de mala suerte para ella. Actuaba con astucia la mujer, pues ya se sabe que ning?n hotel del mundo tiene piso 13, por la creencia -relacionada con la ?ltima Cena- de que ese n?mero es fatal. Al viajero le interes? la propuesta comercial de la se?ora. Le hizo la pregunta obligada: «?Cu?nto cobras?». Respondi? ella: «5 mil pesos. Estoy en promoci?n». Ofreci? el tipo: «Te doy 500». «Est? bien, vamos -replic? ella tomando su bolso y poni?ndose en pie-. Total, peso m?s, peso menos». La abuelita de Dulcil? le pregunt?: «?C?mo te ha ido con tu nuevo novio?». «Es muy lindo, abue -respondi?, feliz, la chica-. Me baja el Sol, la Luna y las estrellas». «Qu? bueno -se congratul? la abuela-, con tal de que eso sea lo ?nico que te baje». Fue atinada la decisi?n del Presidente Pe?a Nieto de cancelar su entrevista con Trump. Ese desencuentro con su soberbio y torpe hom?logo le ha allegado en M?xico el respaldo nacional. Las continuas ofensas y permanentes amenazas del magnate est?n obrando el milagro de unir a los mexicanos, si no en torno de su Presidente s? en torno de lo que conviene al inter?s y la dignidad de la Naci?n. En la persona de Pe?a Nieto encarna en este caso la representaci?n de M?xico, y su figura cobra ahora relevancia. De ah? deriva para el mexiquense la responsabilidad de actuar con decoro frente al obcecado individuo que en mala hora lleg? a la presidencia del pa?s vecino. Ning?n agravio de Trump debe quedar sin respuesta; ninguna amenaza suya se ha de tolerar. Act?e nuestro Presidente con prestancia y dignidad en este trance y tendr? el apoyo de la comunidad nacional. Do?a Macalota, la esposa de don Chinguetas, recibi? una gran sorpresa cuando antes de lo anunciado lleg? a su casa de un viaje y sorprendi? a su marido en la cama acompa?ado por una morena espectacular. No se turb? el tarambana por la s?bita llegada de su c?nyuge. Le dijo alegremente: «?Vieja! ?Tengo el gusto de presentarte a mi prop?sito de A?o Nuevo!». El joven ejecutivo coment?: «Mi nueva secretaria es una mu?equita». Pregunt? su peque?a hija, inocente: «?Y cierra los ojos cuando la acuestas?». El exitoso hombre de negocios habl? de sus dif?ciles principios ante los j?venes a quienes apadrin? en su graduaci?n. Les dijo: «Mi familia era muy pobre. Pap? y mam? tuvieron muchos hijos. Cuando en la comida hab?a sopa de letras a m? me tocaba solamente una a». Ya conocemos a Avaricio Cenaoscuras, el hombre m?s cicatero y ruin de la comarca. Su esposa andaba moh?na y atufada. Llevaba en los brazos un gato de multicolor pelaje: el minino era negro, blanco, gris, pardo, leonado y amarillo. Una vecina le pregunt?: «?Por qu? andas tan molesta?». Contest?, rencorosa, la mujer: «Avaricio me dijo el d?a de mi cumplea?os que me iba a hacer un regalo, y me pregunt? si lo quer?a blanco y negro o de colores. Le dije que de colores. Pero yo estaba pensando en un televisor». Decepci?n similar sufri? Babalucas. Le cont? muy enfadado a un amigo: «Conoc? en una fiesta a una hermosa dama. Me dijo que si la visitaba en su casa me ense?ar?a su Monet. Y result? que era una pintura». FIN.

MIRADOR

 

Variaci?n opus 33 sobre el tema de Don Juan.

Simone Calignani, impresor veneciano, visit? a Don Juan en su casa de Sevilla.

El famoso seductor era ya anciano: bordeaba los 60 a?os de edad. Ten?a el cabello cano y el andar dudoso; las arrugas de su rostro parec?an heridas de batalla. Sus ojos, sin embargo, conservaban el brillo de la juventud, y hab?a en su adem?n la elegante prestancia de los antiguos tiempos.

Calignani le propuso a Don Juan que escribiera sus memorias. ?l las publicar?a en un libro que har?a circular por toda Europa. Dividir?an las ganancias por igual. Con el dinero que recibir?a, y con el que ganar?a ?l, los dos podr?an pasar tranquilamente los ?ltimos a?os de su vida.

El sevillano rechaz? la propuesta sin dudar. Le dijo al visitante:

-No tengo memorias qu? escribir. De coraz?n adentro tengo recuerdos, muchos. Puedo decir el nombre de todas las mujeres a quienes am?, y evocar las horas que pas? con cada una de ellas. Pero de coraz?n afuera tengo s?lo olvidos. A nadie digo nada de mi vida, ni hablo nunca de quienes conmigo la vivieron.

Calignani regres? a Venecia sin haber logrado su prop?sito. Don Juan qued? en Sevilla, feliz con sus recuerdos y orgulloso de sus olvidos.

?Hasta ma?ana!…

MANGANITAS

 

«. Buenos vecinos eran antes Estados Unidos y M?xico.».

Ellos suelen ser mezquinos,

de orgullo y soberbia llenos.

Nosotros somos los buenos,

y ellos s?lo los vecinos.