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De pol?tica y cosas peores

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Por: Armando Fuentes

 

CIUDAD DE M?XICO? .- La temporada de fiestas pas? ya. Puedo entonces, sin mengua del esp?ritu que se prolonga hasta la Candelaria, narrar «El Chiste m?s Pelado de Principio de A?o». Confieso que para arrojarme a tal audacia me prevalgo de una fortuita circunstancia: do?a Tebaida Tridua, encargada -por propio nombramiento- de cuidar la moralidad ajena, no pudo regresar a tiempo de sus vacaciones, varada en alg?n aeropuerto por causa de la niebla. Ausente la ?nclita se?ora tengo el terreno libre para dar curso a ese chascarrillo. Lo hallar?n mis cuatro lectores al t?rmino de esta columneja… El Poder Ejecutivo -que poco de ejecutivo tiene y cada d?a menos de poder- camina por un berenjenal que no esperaba, escollado de problemas crecientes y que se vuelven m?s agudos conforme el sexenio se acerca a su final. Tan agudos son esos problemas que parecen las espinas de esa biznaga gruesa y baja que en el norte se conoce con el nombre de «asiento de suegra». Por su parte el Poder Legislativo se ha vuelto una infortunada s?ntesis de circo y teatro. Son tantos los diputados y senadores, tan desvirtuada ha sido su naturaleza, que las dos c?maras son por igual objeto de reprobaci?n. Sigue vigente el proverbio seg?n el cual el cargo dura tres a?os, y la veg?enza toda la vida. Con motivo del gasolinazo y sus secuelas se han pedido recortes importantes en el presupuesto. Uno de ellos deber?a consistir en la desaparici?n de todos los gajes, canonj?as, sinecuras y prebendas de que gozan esos legisladores, con sus dietas, bonos, comisiones, aguinaldos y prestaciones extraordinarias de todo orden y desorden. No es tolerable ya tener pol?ticos ricos en un pa?s de pobres. Aquel joven padre contemplaba a su hijita reci?n nacida, que una sonriente enfermera le mostraba a trav?s del cristal de la sala de beb?s. Junto al feliz pap? un individuo hac?a tambi?n zalamer?as y caranto?as. Le pregunt? el flamante padre al individuo: «?Qu? le parece mi nena, se?or?». «Preciosa -contest? el tipo-. Y ?qu? te parece la m?a?». «?Cu?l es su nena?» -pregunt? el muchacho. Respondi? con orgullo el individuo: «La que tiene en brazos a la tuya»… En el club deportivo la se?ora le gan? a su esposo el partido de campeonato del torneo de tenis. El hombre se disgust? bastante, pues no cre?a a su mujer capaz de vencerlo, y adem?s la derrota fue ante un p?blico muy numeroso. Ella lo vio tan enojado que al dirigirse a los vestidores le pregunt?, inquieta: «Dime: ?volveremos a tener sexo alguna vez?». «S? -mascull? con tono hosco el perdedor-. Pero no entre nosotros»… Do?a Jodoncia le reclam? a su yerno: «?Por qu? no me regalaste nada en Navidad». Respondi? el yerno: «Porque estoy muy sentido con usted. El a?o pasado le regal? un lote en el pante?n y no lo ha usado»… Do?a Frigidia, ya se sabe es la mujer m?s fr?a del planeta. Eso del sexo no se le da bien. Su esposo, don Frustracio, les confes? a sus amigos que no le gustaba ver pel?culas pornogr?ficas. Uno le pregunt?: «?Por qu??». Explic? don Frustracio: «Odio ver a un desgraciado que en 5 minutos tiene m?s sexo del que yo he tenido en toda mi vida». Viene ahora «El Chiste m?s Pelado de Principio de A?o». Este cuento es en verdad de color p?rpura subido. Su lectura no se recomienda a personas pacatas, timoratas, mojigatas o pazguatas… Do?a Macalota entr? repentinamente al ba?o y sorprendi? a su esposo, don Chinguetas, entregado a un placer solitario -«the old five versus one», dijo Anthony Burgess- m?s propio de adolescente que de un hombre, como ?l, ya de madura edad. «?Por qu? haces esto?» -le pregunt? escandalizada. Respondi? ?l: «Jam?s he permitido que el matrimonio me prive por completo de mi independencia personal»… FIN.

MIRADOR.

Por Armando FUENTES AGUIRRE.

Despu?s de muchos a?os de buscar, John Dee encontr? por fin la piedra filosofal, capaz de convertir en oro la materia inanimada.

Por esos mismos d?as un disc?pulo suyo descubri? que con unas varas en forma de Y griega pod?a hallar el agua que en silencio corre por abajo de la tierra.

Lleno de gozo el alumno comunic? a su maestro aquel descubrimiento. Y le dijo John Dee:

-Has de saber que acabo de encontrar la piedra filosofal. Tu hallazgo, sin embargo, es un mill?n de veces superior al m?o.

-?Por qu?? -pregunt? el disc?pulo, intrigado.

Explic? Dee:

-Porque yo encontr? el oro, pero t? encontraste la vida.

?Hasta ma?ana!…

MANGANITAS.

Por AFA.

«… Con Videgaray los miembros del Servicio Exterior ser?n sujetos a ex?menes…».

En el cuerpo diplom?tico

algunos, con mucho af?n,

de seguro pedir?n

tambi?n el pase autom?tico.