Iv?n Garza Garc?a
Los ni?os del odio
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Mientras que todo el pa?s (o al menos una buena parte) se encuentra imaginando cosas ?chingonas?, cumpliendo as? la consigna planteada por Javier ?el Chicharito? Hern?ndez y so?ando con que el seleccionado nacional se coloque en la siguiente fase de la justa mundialista, al gobierno de los Estados Unidos se le est? haciendo bolas el engrudo respecto a las detenciones a migrantes y el indigno trato que se ha dado a quienes hemos bautizado como los ?ni?os del odio?.
Las im?genes que mostraron sin censura el sufrimiento causado por la separaci?n de hijos y padres migrantes, ?son verdaderamente desgarradoras. Las mantas t?rmicas que cubren los peque?os cuerpos hacinados en una jaula, tambi?n envuelven dolorosas historias. El mundo entero se estremeci? con el llanto de una peque?a de origen hondure?o, que entre la confusi?n y el desconsuelo, observa como su madre es arrestada por la patrulla fronteriza. Miles de ni?os y ni?as sufren en carne propia la llamada pol?tica de ?tolerancia cero? contra la migraci?n ilegal, propuesta y ejecutada por el presidente norteamericano. Pero la mano dura que ahora mismo muestra el ?G?ero? Trump no debe ser motivo de sorpresa. Desde su campa?a y al iniciar la administraci?n, el magnate convertido en mandatario se?al? que una de las prioridades de su gobierno ser?a el f?rreo combate a la inmigraci?n. Entonces como ahora, su ret?rica le ha valido acusaciones de xenofobia y racismo, cosa que parece no importarle demasiado. Sin embargo, en esta ocasi?n, lo mismo grupos opositores que activistas de derechos humanos; igual las primeras damas norteamericanas que algunos miembros del Partido Republicano, exigieron al jefe de estado que reculara en aquellas acciones que atentan contra los valores fundamentales de su pa?s.
Frente a la presi?n internacional, Trump firm? una orden ejecutiva para detener la separaci?n de las familias migrantes. Al respecto, se dice que la referida medida – misma que fue lanzada como respuesta a las severas criticas por las cuales se comparaba a los Estados Unidos con la Alemania Nazi – deja m?s dudas que respuestas. Si bien, la nueva postura asumida por el pa?s de las barras y las estrellas busca frenar el apartamiento de los ni?os y sus padres, lo cierto es que ocasiona la ampliaci?n de la figura de la detenci?n familiar. Ahora, los ni?os, ni?as, pap?s y mam?s ser?n detenidos por el Departamento de Seguridad Nacional y llevados juntos a los centros de reclusi?n. Como si esto fuera poco, el mentado decreto tampoco establece cual ser? el protocolo para la reunificaci?n de los m?s de 2300 infantes que fueron separados de sus padres entre el 5 de mayo y el 9 de junio pasados.
Aqu? en confianza, el endurecimiento de la pol?tica migratoria al otro lado del r?o Bravo se antoja inexplicable; no obstante, cuando se trata de comprender los verdaderos motivos de una acci?n determinada, bien vale aplicar el t?rmino ?follow the money?. Y es que llevar al extremo la doctrina Monroe (Am?rica para los americanos) parece ser un lucrativo negocio. Solamente en 2017, el Servicio de Inmigraci?n y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE por sus siglas en ingl?s), destin? la friolera de 3mil millones de d?lares para costear el sistema de detenci?n de extranjeros, el cual es administrado principalmente por particulares. De acuerdo con las declaraciones de Bianca Tylek, directora del Corrections Acountability Project, 65% de las camas de las que dispone el gobierno federal norteamericano para albergar migrantes, est?n en manos de empresas privadas. Al respecto, la compa??a CoreCivic report? que durante el a?o pasado 25% de sus ingresos totales deriv? de sus contratos con el ICE; en tanto que para GEO Group, el 19% de sus ganancias netas tuvo el mismo origen. En ambos casos, las empresas de marras se embolsaron alrededor de 450 millones de d?lares por prestar sus servicios al T?o Sam. La ecuaci?n es bastante sencilla: m?s detenidos es igual a m?s alojamiento, lo que resulta en mayores ganancias para las mencionadas compa??as y otras m?s que participan de los jugosos dividendos que produce la m?s reciente crisis migratoria.
Pese al somero desistimiento, el presidente del vecino del norte fue enf?tico al declarar: ?Estados Unidos no ser? un campo de migrantes y no nos disculparemos?; as? ?sin tantita pena?, dijera Alejandro Fern?ndez.
