Algo que vale la pena contar

POR: ALBERTO BOARDMAN

-?As? que no fueron tres, sino cuatro?

-Bueno, al principio ?ramos cuatro, pero finalmente s?lo llegar?an tres justo a tiempo para la adoraci?n del ni?o en Bel?n. A mi poco se me recuerda y menciona en la historia.- reflexion? Artaban.

-Si no te hubieras retrasado en Borssipa ayudando a aquel anciano? -intervino Gaspar.

-Y luego a cuanto necesitado fuiste encontrando en tu camino, nos habr?as alcanzado.- interrumpi? Melchor.

-Ya, pero lo cierto es que al final Artaban s? lleg? a presentar sus respetos, 33 a?os despu?s claro, pero eso le vali? acompa?ar al propio Jes?s a los cielos justo en el momento de la crucifixi?n.- secund? Baltasar.

-Entonces ustedes tres, luego ser?an bautizados, consagrados obispos y finalmente como era tradici?n en aquellos tiempos, martirizados, para depositar sus restos mortales en un sarc?fago, que seg?n cuenta la leyenda es el mismo que se encuentra depositado en la famosa Catedral de Colonia en Alemania, cuya construcci?n dur? m?s de 600 a?os y hoy en d?a es uno de los centros m?s visitados por los peregrinos.

-Exactamente.- terciaron, los entrevistados.

-Artaban, tengo entendido que llevabas una ofrenda de piedras preciosas, un diamante de las Islas Meroe, un jaspe de Chipre y un rub? de Sirtes, que obviamente nunca llegaste a entregar?

-Los tuve que ir dejando en el camino para ayudar a los pobres.- justific? el cuarto Rey Mago.

-Yo llevaba mirra, una resina arom?tica y medicinal muy valiosa en su tiempo, usada tradicionalmente para embalsamar a los muertos porque sab?amos que Jes?s en su misi?n, morir?a en sacrificio por los hombres, -apunt? Melchor, el m?s viejo de los tres.- fue el regalo de los pueblos europeos que yo representaba.

-El oro, -dijo Baltasar, el joven Rey negro originario de Babilonia.- fue nuestra manera de reconocer en aquel ni?o peque?o, la pureza y divinidad de un Rey. Un elefante fue necesario para transportar su peso.

-Y el incienso, -finaliz? Gaspar, el asi?tico mago que viaj? a bordo de un camello.- el obsequio apropiado para un Dios? que adem?s, hay que decirlo, ayud? a espantar a los zancudos que no dejaban de molestar al reci?n nacido en el pesebre.

-A prop?sito de sus tradicionales animales de carga, no veo ninguno…

-Es que este a?o al menos para M?xico, los hemos substituido por pipas de combustible.- finalizaron a coro.

Somos lo que hemos le?do y esta es, palabra de lector.?????????????????????????????????

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