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Algo que vale la pena contar

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ALBERTO BOARDMAN

?Las cadenas del h?bito son generalmente demasiado d?biles para sentirlas, hasta que son demasiado fuertes para romperlas?. Samuel Johnson

Nos encontramos en la d?cada de 1950. Com?n y bien vista resulta la adicci?n de las personas a fumar tabaco. La pr?ctica simboliza estatus, poder y modernidad, a pesar de las campa?as de salud que ya comienzan a prever los peligros de la adicci?n. Las grandes compa??as tabacaleras crecieron, prosperaron y hasta generaron nuevas ofertas y diversidad de productos. El progreso del mundo, encontr? en la combusti?n de nicotina y alquitr?n empuje y desarrollo. El h?bito continuar?a como una pr?ctica social natural durante mucho tiempo. Todav?a para mediados de los noventa, era com?n que padres y abuelos fumaran al interior de los hogares, empleados y jefes en oficinas y empresas, incluso me toc? presenciar mientras cursaba la preparatoria, que habitualmente un maestro frente a la clase encendiera un cigarrillo de manera tan natural, como quien hoy enciende un tel?fono celular.

Llegamos al a?o 2000 y subsecuentes. La prohibici?n moral, e incluso legal respecto al h?bito de fumar es oficial. La condena a quienes siguen practicando en p?blico el disfrute de exhalar otrora rom?nticas espirales de humo, incluye repudio y exclusi?n social. Los fumadores literalmente forman parte de una estirpe de ?apestados?.

Hoy una nueva moda sustituye las viejas costumbres: La adicci?n a la tecnolog?a, especialmente la vinculada con dispositivos m?viles y celulares. Y comienzan tambi?n, aunque d?biles a?n, las cr?ticas sobre esta particular man?a. Deterioro de relaciones sociales, educaci?n, salud y el factor distractor que implica el uso de dichos dispositivos por ejemplo, al momento de conducir un veh?culo o en horas oficiales de trabajo.

Nos encontramos ahora en el a?o 2030. Quien llega a ser sorprendido con un tel?fono celular en mano, o cualquier tipo de gadget tecnol?gico que interfiera en sus relaciones con los dem?s mientras se encuentra en la v?a p?blica, procede a ser detenido, enjuiciado, multado y encarcelado.

Los tiempos y los h?bitos cambian, la naturaleza humana no. Un H?bito, siempre ser? el ?nico depredador natural, de otro h?bito.

Somos lo que hemos le?do y esta es palabra de lector.

radioelitesaltillo@hotmail.com

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